El Ex Teresa Arte Actual aloja en su amplio espacio la exposición colectiva de instalación, intervención gráfica y arte sonoro Resurrecciones de la materia, integrada por las piezas Memoria del hierro de Félix Blume, Feed bouquet de Rogelio Sosa y Ensamble terrestre  del colectivo Interspecifics.

La muestra montada bajo la curaduría de Carlos Prieto Acevedo, propone que el espectador viva diferentes experiencias acústicas con cada una de las piezas, creadas ex profeso para la que fuera la iglesia de Santa Teresa la Antigua.

Carlos Acevedo comentó que el título de la exhibición, que estará abierta al público hasta el próximo 27 de mayo, es muy descriptivo de la temática, donde se plantea que se voltee a ver la materia como protagonista dentro de la experiencia estética.  

Compartió que a título personal le surgieron interrogantes que no tienen que ver con el título de la exposición. Una de ellas fue sobre cuáles son los límites y posibilidades del arte sonoro en el contexto mexicano para superar algunas fórmulas que se perciben en el paisaje del arte contemporáneo nacional y de muchos artistas plásticos

“Quería hablar a propósito de tendencias que básicamente están surgiendo en Europa. Realmente tienen ya como seis, siete años, se habla de un nuevo materialismo, de un realismo especulativo, ideas que provienen del ámbito de las humanidades”.

Agregó que malamente muchos curadores tienen la idea de que el arte sonoro tiene que erradicar todos  los elementos visuales, que consideran distraerán al espectador  de la experiencia acústica

De la muestra lo primero que se observa es la pieza monumental Memoria del hierro (2017-2018), donde un sistema de excitadores acústicos hacen resonar una muralla de metal, convirtiéndola en una suerte de altavoz expandido.

El creador de la obra, Félix Blume, comentó que la pieza es una representación de los golpes que recibieron vallas de hierro por parte de manifestantes que protestaban a las afueras del Senado de la República.

“Fueron cuatro días donde la gente estuvo golpeando y golpeando, fui a grabar con micrófonos de contacto que permiten en vez de grabar la vibración del sonido del aire, grabar la vibración de un elemento, en este caso la valla de metal.

“El material lo guardé y después de un tiempo hicimos una pieza para Berlín, en la que se representaba el sonido de los golpes de la vallas. Aquí lo que se propone es cuestionar la materia justamente, así como la memoria de esta materia o la memoria sonora de un lugar.

“Muchas veces el sonido tiene esta cosa efímera. Es complicado hablar de memoria sonora si hablamos de algo que está registrado o grabado, porque es algo que desaparece también”, comentó el sonidista.

Sobre Ensamble terrestre, proyecto del colectivo Interspecifics, Emanuel Anguiano, miembro de la agrupación, dijo es un ensamble automatizado de percusiones prehispánicas que se activan con datos provenientes del Servicio Sismológico Nacional (SSN), recogidos cada hora por medio de internet.

Indicó que la pieza es parte de una serie de exploraciones que el colectivo ha realizado en torno a la conexión entre la sonoridad y algunos elementos físicos y geológicos.

“Son cuatro teponaztlis que más que tambores son una especie de xilófonos que producen cierta resonancia armónica, controlados de alguna manera por señales sismológicas, ubicados en diferentes rumbos del país, específicamente en Guerrero, Baja California, Oaxaca, y el volcán Popocatepetl”.

Apuntó que la instalación apela a presentar una manifestación distinta a la idea de movimiento que ocurre en la diferente capa de los estratos de la tierra, traduciéndose a algo que se puede traducir tangiblemente y que conecta con el instrumento prehispánico”.

La tercera pieza es Feedback bouquet, la cual funciona a partir de la retroalimentación que produce un grupo de micrófonos abiertos mediante un sistema que modula la saturación de sus señales.

El autor de la pieza, Rogelio Sosa, explicó que ésta evoca al ejercicio periodístico de lucha por el registro de cada suceso importante, de dar voz a las ideas, peleas, pensamientos y sentimientos que pueden provocar silencio o gran emoción en la audiencia.

"En la instalación no hay nada, esa ausencia se amplifica y genera un feedback incómodo que da una sensación de saturación de la amplificación del discurso".

La pieza fue concebida hace más de 10 años para una muestra que nunca se concretó, cuya inquietud era la relación entre medios, y la vacuidad de los medios. Este 2018 es retomada por Carlos Prieto, quien junto con el autor revisitó la obra e hizo una adaptación.

Cabe mencionar que como parte de esta muestra, se presentan dos dibujos de vehículos motorizados en llamas que fueron adaptados a la escala de los muros laterales de la nave central del templo.

Dichos iconogramas incorporan al espacio dos estruendosas evocaciones sónicas, originalmente fijadas a una superficie mediante un riguroso trabajo de líneas a mano alzada.

Resurrecciones de la Materia estará abierta al público hasta el 27 de mayo de 2018 ubicado en la Calle Licenciado Verdad No. 8. Horario: lunes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Entrada libre.

Información: DAF

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