Las tensiones entre las tradiciones, cosmovisión y la irrupción de valores capitalistas en Colombia durante la década de 1970 son el escenario en el que se desarrolla Pájaros de verano (Colombia-México, 2018), película dirigida por Ciro Guerra y Cristina Gallego que narra las peripecias de una familia Wayuú al incursionar en el mercado de la mariguana.

El filme está divido en cinco cantos o capítulos que nos llevan por la gloria y devastación de esta familia perteneciente a una comunidad indígena que habita la Península Guajira y cuyos valores, reglas, rituales y costumbres se ven trastocados por la cultura estadounidense, llegada a través de la llamada Bonanza marimbera, entre 1975 y 1985, y acompañada por un mercado de millones de dólares.

Esta especie de sincretismo, que no termina de serlo por completo ante las resistencias y tensiones de frente a una cultura milenaria, comienza con la necesidad de Rafayet (José Acosta) de poseer una dote para poder casarse con Zaida (Natalia Reyes), se afianza con la demanda de mariguana, y llega a su decadencia con la ambición y el enfrentamiento de paradigmas y cosmovisiones.

En Pájaros de verano, las circunstancias ponen a prueba a la comunidad y sus propias raíces tras el desencadenamiento de una guerra cruda entre dos tribus a las que las une el parentesco, pero las separa el negocio y la traición. La brecha crece y ésta se llena con sangre.

Los sueños y las premoniciones, retratados maravillosamente en el filme, son un elemento importante de la identidad de esta familia, la cual es protegida por la imponente y poderosa Úrsula (Carmiña Martínez) y su amuleto. Por otro lado, el diálogo y la razón guían la honorabilidad de la familia con la mediación de Peregrino (José Vicente Cotes), el palabrero de la familia.

Ambos pilares, integridad y honor, chocan con un colonialismo cultural, y ante él se niegan a quedarse en el olvido, sobreviven en el abrazo, se transforman en la convivencia y se heredan en las canciones y la palabra hablada.

Pájaros de verano, basada en una historia real, es la protohistoria del narcotráfico en Latinoamérica y un reflejo de las relaciones colonialistas Norte – Sur. Actualmente es proyectada en la Cineteca Nacional en la Ciudad de México, entre otras salas.

DOL.