La grana cochinilla, cuyo nombre científico es Dactylopius coccus, es un insecto de origen mexicano que crece en una variedad de nopal, y que produce un colorante con cualidades tintóreas únicas.

Los antiguos mesoamericanos utilizaron la cochinilla en la pintura mural, en la pintura de jícaras, en el teñido de textiles, pelo animal y plumas, en la cosmética y en la pintura de códices. Ha sido posible demostrar que en varios códices el pigmento de cochinilla se encuentra no solamente en áreas rojas que varían desde el escarlata hasta el púrpura, sino también en las de color rosado y, en mezclas o superposiciones con otros materiales, en café y algunas de color gris.

Los análisis sobre códices prehispánicos confirmaron el papel central que la cochinilla jugaba en la paleta de los pintores de códices de las regiones de la Mixteca y de la región de Puebla-Tlaxcala, es decir de aquellas regiones en donde mayormente se daba la producción de la cochinilla misma.

Poco después de la Conquista de México, Carlos V escribió a Hernán Cortés para pedirle información sobre ese nuevo colorante rojo. El hecho de que el emperador requiriera un reporte de esta naturaleza es indicativo del alto valor que tenía en Europa, pues incluso llegó a ser el segundo producto de exportación más importante del país después de la plata, durante más de 300 años, desde mediados del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX. El primer embarque de grana cochinilla salió del puerto de Veracruz con dirección a Sevilla en 1523. 

La cochinilla tuvo usos rituales y económicos, de tal manera que el pigmento llegó a tener un gran prestigio como repelente para insectos, para aliviar migrañas y sanar heridas. Desde mediados del siglo XVI, los principales comerciantes europeos y los ejecutivos de bancos mercantiles estaban tan interesados en la grana cochinilla como lo estaban en otros productos de alto valor con poco peso como los metales preciosos, la pimienta o el alumbre, porque eran fáciles de transportar y eran objeto de la especulación financiera.

Podrás conocer más sobre este pigmento y el uso que se le ha dado por siglos, a través de la exposición Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte. Se trata de 49 piezas, la gran mayoría  data del siglo XVI hasta fines del XIX, y provienen de 16 colecciones nacionales y 21 piezas de 11 acervos internacionales, que resaltan la importancia de este producto milenario que traspasó las fronteras, así como sus aplicaciones en la actualidad.

¿Dónde? En el Museo del Palacio de Bellas Artes; ¿Cuándo? Del 10 de noviembre y hasta el 4 de febrero de 2018. Conoce más sobre esta magna muestra en http://museopalaciodebellasartes.gob.mx

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