En la esquina que forman las calles Eje Central y Tacuba, alguna vez considerado el punto cero de la Ciudad de México, se erige uno de los inmuebles históricos más emblemáticos por su estética y riqueza arquitectónica, la Quinta Casa de Correos, mejor conocida como Palacio Postal. En el semanario Mundo Ilustrado, con fecha 24 de febrero de 1907, se puede leer: “La apertura de la nueva casa de Correos es un acontecimiento de gran significación para nuestro país; el solo hecho de levantar un edificio de tal magnitud prueba que México entra cada vez de una manera más activa al curso de la civilización”. El Palacio Postal, en una muestra de eclecticismo, conjunta distintas corrientes estilísticas como el gótico, el plateresco, el art nouveau, y mudéjar entre otras. Todos muy bien ejecutados por Adamo Boari y Gonzalo Garita. Dentro de toda la ornamentación que se visualiza en este edificio, existen elementos que no pueden pasar desapercibidos.

El reloj. Ubicado en el torreón del pan coupé, fue importado y montado por “Joyería la Perla” de los hermanos Dienner y Compañía. Al exterior se puede ver solo la carátula, pero al interior se aprecia toda una maquinaria compuesta por un carrillón de seis campanas, con un peso de 700 kg, que desemboca en una esfera horaria enmarcada por una carátula de cristal de 8 mm de espesor y dos metros de diámetro. Se trata de una maquinaria compleja que mezcla engranaje y transmisiones hidráulicas con sistemas de freno de aire, poleas, contrapesos y cables. En el año de 1905, una breve descripción mencionaba lo siguiente para su elaboración y montaje: “Se utilizará el cristal en la carátula; los números de las horas y minutos serán de lámina de latón dorado; las manecillas serán también de latón dorado; también será de latón dorado la cornisa que sirve de marco a la carátula. El dorado de las partes metálicas se hará por procedimientos electroquímicos dando a la capa de oro un espesor que no sea menor de un centésimo de milímetro” (sic).

Los lampadarios o portalámparas. Con un estilo que recuerda la casa de los dragones en Valencia, España. Las fachadas oriente, poniente y norte del Palacio Postal, tienen adosados a los muros 15 lampadarios con forma de figuras fantásticas que semejan dragones. Estas figuras fueron realizadas en bronce macizo. Aparentemente de fundición mexicana con diseños italianos, pues en las bases de sujeción se encontró el registro de “Baudelio Contreras Fundición Artística e Industrial Mexicana”, sin embargo se ha pensado que también pudieron ser manufacturadas en Florencia por Pigonet. Además de la función decorativa, tienen la finalidad de proporcionar iluminación. Cada uno al interior tiene una conexión eléctrica que lleva corriente a unas lámparas  protegidas por bombonas de cristal.

Por lo anterior el Servicio Postal Mexicano, orgulloso del Palacio Postal y lo que representa como patrimonio cultural, emite una estampilla postal que refleja parte de la riqueza iconográfica del inmueble.

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Características Técnicas

Diseñador:                      Vivek Luis Martínez Avín

Técnica:                          Fotografía y composición digital

Tintas utilizadas:            Cyan, magenta, amarillo, negro y tinta de seguridad

Tipo de impresión:          Offset

Tamaño:                         40 x 40 mm

Perforación:                    13 de peine

Planilla con:                    25 estampillas

Papel:                             Couché blanco mate, una cara engomado de 110 g/m2

Impresa por:                   Talleres de Impresión de Estampillas y Valores (TIEV)

Tiro:                                100,000

Año:                               2020

Valor facial:                     $15.00 c/u

 

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