• En marzo de 2020 los recursos administrados mostraron por segundo mes consecutivo una disminución en su valuación como resultado de la extraordinaria volatilidad que ha prevalecido en los mercados financieros y del incremento que se ha observado en los retiros por desempleo
  • Al cierre del primer trimestre de 2020 los recursos administrados en el SAR fueron de 3,914.2 miles de millones de pesos, lo que representa un incremento de 10.5 por ciento con relación al mismo mes de año anterior (7 por ciento por encima de la inflación)
  • Los recursos administrados disminuyeron en marzo 82 mil millones de pesos respecto del valor de cierre de 2019, equivalente a una reducción de 2.1% respecto del año pasado
  • En episodios previos de turbulencia en los mercados financieros nacionales e internacionales, sus efectos sobre los ahorros de los trabajadores fueron pasajeros, y han tendido a más que revertirse una vez que la operación de los mercados financieros regresa a la normalidad
  • El SAR ha probado ser un mecanismo de ahorro seguro y rentable para los trabajadores mexicanos

La pandemia de Covid-19 representa el mayor desafío que ha experimentado el sistema financiero global desde la crisis de 2008-2009. Esta pandemia constituye un choque macroeconómico mundial sin precedentes, que ha encaminado a la economía mundial a una situación de recesión cuya magnitud y duración son aún inciertas. Se enfrenta una situación inédita a nivel internacional.

Las revisiones a la baja de las perspectivas de crecimiento económico global y el deterioro de la percepción de riesgo de los inversionistas han generado un importante ajuste de portafolios, tanto en economías avanzadas como emergentes y una marcada volatilidad en los mercados financieros mundiales y nacionales. A ello se sumó la falta de acuerdo entre los principales productores de crudo que propició caídas pronunciadas en los precios del petróleo y que no se habían registrado en los últimos veinte años. Estos acontecimientos se han traducido en ajustes importantes en los tipos de cambio, las tasas de interés y las primas de riesgo.

México no es ajeno a estos desarrollos, los cuales están en buena medida fuera de su control, lo cual no quiere decir que no se estén tomando acciones para atenuar sus efectos sobre nuestro país. Si bien los riesgos para el sistema financiero mexicano asociados a las tensiones comerciales disminuyeron ante la ratificación del T-MEC, la rápida propagación del Covid-19 alrededor del mundo y el severo impacto sobre las perspectivas de crecimiento a nivel global y nacional, han aumentado los riesgos de una marcada desaceleración económica. Además, en este contexto de incertidumbre y de deterioro en las condiciones financieras, recientemente una calificadora de valores redujo la calificación crediticia de riesgo soberano y de Pemex.

La volatilidad derivada de estos acontecimientos y la mayor percepción de riesgo por parte de los inversionistas institucionales indujeron una disminución en la valuación de los activos (minusvalías) de los intermediarios financieros. Al respecto, debe subrayarse que estas minusvalías no son privativas de las SIEFORES, que son los vehículos a través de los cuales las AFORE invierten los ahorros de los trabajadores, sino que también se han observado en los portafolios de bancos, casas de bolsa, aseguradoras y otros intermediarios financieros. 

Al cierre de marzo de 2020, los recursos administrados en el SAR sumaron 3,914,156.5 millones de pesos, lo cual representa un incremento a tasa anual de 10.5 por ciento, con relación al mismo mes del año anterior (7 por ciento en términos reales). Con relación al cierre del año pasado, en marzo los recursos administrados en el SAR han disminuido 2.1 por ciento – equivalente a 81,981.7 millones de pesos- respecto del monto registrado al cierre de 2019. Esto último como resultado de las minusvalías en la valuación de los activos administrados. Estas minusvalías han sido proporcionalmente más pronunciadas para los jóvenes que para los adultos más próximos a su edad de retiro.

A este respecto, conviene destacar que en episodios previos de turbulencia en los mercados financieros nacionales e internacionales, sus efectos sobre los ahorros en las cuentas individuales de los trabajadores fueron pasajeros, y han tendido a más que revertirse una vez que la operación de los mercados financieros regresa a la normalidad.

Las AFORE que administran los ahorros de los trabajadores están sujetas a un estricto régimen de inversión establecido por la Junta de Gobierno de la CONSAR, el cual es un órgano de gobierno triparto en el que están debidamente representados los trabajadores, los patrones, las autoridades financieras y los institutos de seguridad social. Los ahorros de los trabajadores para su retiro son invertidos conforme a la regulación vigente en condiciones adecuadas de rendimiento y riesgo. El régimen de inversión establece límites a los montos de inversión de los ahorros de los trabajadores tanto por tipo de instrumentos como por emisor. En su calidad de órgano regulador y supervisor del SAR, la Comisión realiza un seguimiento diario de las inversiones de los ahorros de los trabajadores.

Por último, es de señalarse que, si bien el fin último del SAR es el de ofrecer las mejores pensiones posibles a los trabajadores, el sistema realiza una contribución importante al desarrollo del mercado de capital, al financiamiento de la inversión productiva, especialmente en infraestructura pública y privada, y por tanto a crear las condiciones para un crecimiento económico sostenido y la creación de empleos permanentes y bien remunerados.