El 1 de julio cumplió 20 años de operación el sistema de pensiones de cuentas individuales. El actual sistema de pensiones de contribución definida sustituyó al anterior sistema de pensiones de beneficio definido mediante una reforma a la Ley del Seguro Social en 1995.

Los beneficios del sistema de pensiones fueron destacados en un comunicado anterior. A continuación se señalan los retos más significativos del Sistema a 20 años de su creación:

  1. Ampliar la cobertura. El sistema de pensiones de cuentas individuales cubre a 4 de 10 mexicanos, un porcentaje muy similar al que cubría el anterior sistema de pensiones previo a 1997. La razón de la baja cobertura –tanto hoy como hace 3 o 4 décadas- es la dinámica de nuestro mercado laboral y la prevalencia de la informalidad. Para incrementar la cobertura de un sistema de pensiones existen dos grandes vías conocidas; por un lado, políticas que buscan incrementar el ahorro pensionario durante la vida laboral del trabajador; por el otro, las políticas que otorgan beneficios no contributivos a la población adulta mayor. Seguir abatiendo la informalidad vía mayor crecimiento económico y mejor entorno para la formalización del empleo, esquemas de incentivos para atraer mayores ahorradores y la interconexión de los pilares contributivo y no contributivo podrían mejorar este indicador.
     
  2. Incorporación de trabajadores independientes. Asimismo, para elevar la cobertura del sistema de pensiones es indispensable atraer a más de 10 millones de “trabajadores independientes” que pagan impuestos y que claramente podrían estar cotizando al sistema pero no lo están haciendo. Razones como el desconocimiento de los beneficios del sistema, la falta de interés de las AFORE para captar este segmento de la población, la desconfianza, la falta de cultura previsional o la ausencia de incentivos dirigidos a este segmento explican su ausencia. A ello habría que sumar que existe un universo total de 11 millones de migrantes en los EUA, 6 de 10 de los cuales regresará más temprano que tarde a México y hoy no están ahorrando para su futuro. Adicionalmente, existe un universo de 3 millones de empleado(a)s doméstico(a)s que también podrían estar ahorrando en una AFORE.
     
  3. Elevar densidades de cotización. La intermitencia laboral en nuestro país repercute en la acumulación de tiempo de cotización en el sistema de pensiones. Un gran número de trabajadores formales transitan entre la formalidad y la informalidad de manera recurrente, lo que propicia importantes “lagunas previsionales” en el sistema. Bajas de densidades de cotización afectan en dos sentidos: por un lado, menor tiempo de ahorro incidirá en la tasa de reemplazo; por otro, el requisito de 1,250 semanas de cotización previsto en Ley exige un tiempo de cotización de 24 años para poder acceder a la protección de la pensión mínima garantizada.
     
  4. Elevar los niveles de ahorro obligatorio. El monto de la aportación para el retiro es esencial para la acumulación de recursos en la cuenta individual del trabajador. Las aportaciones para trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se han mantenido sin cambios desde que inició el sistema y, como se ha comentado en reiteradas ocasiones, es una tasa de contribución menor a la necesaria para poder garantizar pensiones acorde a las recomendaciones de la OIT y la OCDE. Una trabajadora con ingresos de 3 salarios mínimos ahorra, aproximadamente (sumando las aportaciones patronales, del trabajador y del gobierno), poco menos de un mes de su salario al año. Suponiendo un ahorro constante de 40 años, esta trabajadora logrará acumular 40 meses de salario, 3 años y 4 meses. La expectativa actual de vida de una mujer al cumplir 65 años de edad son 17 años aproximadamente.
     
  5. Incorporación desde temprana edad al sistema. México es predominantemente un país de jóvenes. Del universo de 58 millones de ahorradores en el sistema, 20.5 millones son menores a 33 años. Para esta generación, es imprescindible su incorporación temprana al mercado laboral formal y el inicio de su ahorro para el retiro. Un mayor número de años trabajando les permitirá acumular mayores recursos en su cuenta individual ya que al reinvertirse los rendimientos correspondientes, proporcionará un mayor saldo acumulado y, por ende, una mejor tasa de reemplazo. Por ejemplo, un ahorrador que inicia a ahorrar a los 25 años (y se retira a los 65) acumulará el doble de recursos que un trabajador que inicia su ahorro 10 años después, a los 35 años.
     
  6. Ampliar régimen de inversión. El régimen de inversión son las reglas que establece la Junta de Gobierno de la CONSAR para delimitar las alternativas de inversión que tienen las AFORE. En la mayor parte de los países de la OCDE, las inversiones que realizan los fondos de pensiones no están sujetas a restricciones y límites pues le corresponde al gobierno corporativo de las empresas definir la mejor estrategia de inversión buscando una combinación óptima entre riesgo/rendimientos, ya sea en su mercado doméstico o en el mercado internacional. En México, y en general en América Latina, no ocurre lo mismo y las reglas de inversión delimitan el campo de acción de las AFORE. Aunque en México se ha ampliado gradualmente el régimen de inversión, resulta evidente que algunos de los límites vigentes resultan insuficientes lo que limita a las AFORE las posibilidades para continuar diversificando y mejorando los rendimientos. Elevar el rendimiento en 10% (de 5 a 5.5%) elevaría la tasa de reemplazo en 11.19%.
     
  7. Diversificación del portafolio de las AFORE. En comunión con el anterior punto, el sistema de pensiones tiene aún un importante reto de diversificación del portafolio. Actualmente poco más del 70 por ciento del mismo se encuentra invertido en renta fija (52% en deuda gubernamental, 19% en deuda corporativa), nivel inusualmente alto para un portafolio pensionario entre los países de la OCDE. Una mayor diversificación del portafolio de las AFORE beneficiaría a los trabajadores tanto por el lado de incrementar la seguridad del ahorro como por el potencial rendimientos adicionales.
     
  8. Incrementar inversiones de largo plazo. La gran ventaja que tienen las AFORE respecto a otras alternativas de inversión en el mercado financiero mexicano es su posibilidad de invertir recursos que los ahorradores no requerirán en 20, 30 ó 40 años. Ello le da a las administradoras la posibilidad de invertir en proyectos y en instrumentos de largo plazo que ofrezcan un mayor rendimiento a cambio de sacrificar la liquidez (que no es un problema para la AFORE). La profundización del mercado financiero local y el régimen de inversión, sin duda, resultan críticos para lograr ampliar los plazos promedio de inversión de las AFORE; pero igualmente relevante resultan tanto la consistencia de las estrategias como su orientación al largo plazo. En este tema, igualmente, existe una importante heterogeneidad en la industria y un importante espacio de mejora.
     
  9. Aumentar ahorro voluntario. El ahorro voluntario es un elemento fundamental para complementar el monto de ahorro obligatorio en la AFORE. En los últimos cuatro años, gracias a diversas medidas impulsadas por la Junta de Gobierno de la CONSAR, ha sido posible triplicar el monto de ahorro complementario. No obstante, el ahorro voluntario sigue representando menos del 2 por ciento de los recursos del sistema y sigue estando en las posibilidades de pocos. El ahorro voluntario individual tiene un enorme potencial por desarrollar, al igual que los esquemas de ahorro colectivos, ya sea Planes Privados de Pensiones u otros esquemas que surgen dentro de las empresas.
     
  10. Apoyo a las mujeres. Las mujeres se encuentran en desventaja en materia de retiro: permanecen menos tiempo en el mercado laboral, reciben menores ingresos y viven más. Por ende, su pensión podría resultar sensiblemente menor a la de los hombres. Si bien no existe una solución clara para resolver este reto, hay experiencias probadas en otras partes del mundo que han logrado mitigar las desventajas.
     
  11. Seguir reduciendo las comisiones. En los últimos años, la CONSAR ha enfocado sus esfuerzos en lograr una disminución en las comisiones a fin de ubicarlas en niveles más acorde al tamaño de la industria y al interés de los ahorradores. De 2008 a la fecha, la comisión promedio de la industria se ha reducido 45% (en 70 puntos base). Sin embargo, no cabe duda que existe un margen adicional de reducción de comisiones, particularmente si se considera que el ahorro de los mexicanos seguirá creciendo aceleradamente y existen importantes economías de escala en la industria. En los años más recientes, las facultades de la CONSAR se han ido agotando dada la restricción que tiene la autoridad para presionar a la baja las comisiones por debajo del promedio del mercado.
     
  12. Fomentar la educación financiera y la cultura previsional. Las decisiones relacionadas con las finanzas y el retiro son complicadas para la mayoría de la población. Se ha encontrado, asimismo, evidencia de que una mayor educación financiera está relacionada con un nivel de ahorro más alto y mejores pensiones. Existen temas importantes en el SAR que requieren de una mayor educación financiera y previsional para tomar decisiones adecuadas y contar con un mejor retiro: el registro, el traspaso, el retiro por desempleo, el ahorro voluntario, la designación de beneficiarios, la incorporación de los trabajadores independientes y las modalidades del retiro. Si bien existen algunos indicios de mejora en el tema del reconocimiento del trabajador de la importancia que tiene el tema de su AFORE, existe también abundante evidencia de que resulta insuficiente frente al ingente reto de involucrar a los mexicanos en el tema del retiro.
     
  13. Preparar la fase de des-acumulación. El SAR se encuentra en plena fase de acumulación de recursos; sin embargo, en aproximadamente 10 años iniciará lo que se conoce como la fase de des-acumulación, es decir, el momento en el cual empezarán a retirarse los primeros trabajadores con AFORE. En México, las personas que cumplan los requisitos de acceso a una pensión únicamente tienen disponible actualmente dos productos para el retiro: las rentas vitalicias y los retiros programados. De ahí que conforme aumente el número de trabajadores de la generación AFORE cercanos al retiro, se vuelve más relevante el incluir una mayor gama de productos de retiro tales como combinaciones de rentas vitalicias y retiros programados, que podrían complementarse con los existentes hoy en día.
     
  14. Mayor competencia entre las AFORES. Si bien las AFORE compiten diariamente por la preferencia de los más de 40 millones de trabajadores registrados, existe amplia evidencia de que la competencia “vía traspasos” no conduce necesariamente a un mejor equilibrio en la materia. A pesar de que en los últimos años se han adoptado medidas para estimular una mayor competencia, existe todavía un importante margen para inducir que más competencia resulte en mejores rendimientos, menores comisiones y mejores servicios.
     
  15. Mejora de servicios. Los ahorradores del sistema de pensiones empiezan a interactuar más con su AFORE. El año anterior se ofrecieron más de 16 millones de servicios en el sistema de pensiones y, por la misma demografía del país, es previsible que crecerán exponencialmente en la próxima década. Dado el universo tan amplio de trabajadores en el sistema existe un muy importante margen de mejora tanto por el lado de la capacidad de la infraestructura que tienen las AFORE para procesar los distintos requerimientos que tienen los trabajadores, como por el lado de la calidad de los mismos.
     
  16. Reducir el gasto comercial y elevar el gasto en desarrollo de “capacidades de inversión”. Al día de hoy las AFORE destinan cerca del 40% de su gasto en “gasto comercial” y menos del 10% al “gasto en inversiones”. Esta situación se explica, en gran medida, por el propio diseño legal del sistema de pensiones que “incentiva” a las administradoras a tener fuerzas comerciales muy amplias para buscar crecer vía traspasos. La evidencia recabada en 20 años de operación del sistema demuestra que el gasto comercial genera poco valor al tratarse de recursos que no necesariamente benefician a los trabajadores (9 de 10 traspasos son inducidos por agentes promotores y 4 de cada 10 traspasos ocurren de AFORES de mayores a menores rendimientos) y que podría emplearse ya sea en menores comisiones, mejores servicios y/o mayor gasto en “inversiones”.
     
  17. Fortalecer el capital humano y el gobierno corporativo en la industria de las AFORE. Las decisiones de inversión que toman diariamente las AFORE resultan trascendentes para el resultado final de la pensión de los trabajadores. Adicionalmente, los activos en los que invierten las AFORE son hoy mucho más sofisticados y complejos que en el pasado. Diversos factores determinan el desempeño de una AFORE: la consistencia de la estrategia de inversión (en tiempos buenos pero particularmente en tiempos malos), los procesos que tienen implementados las AFORE para la toma de estas decisiones, sus reglas prudenciales, los contrapesos que existen dentro de la administradora, las capacidades que tienen los directores de inversión y riesgos y sus respectivos equipos, el tamaño de dichos equipos y la tecnología mediante la cual se toman las decisiones. Si bien las AFORE han fortalecido estos temas en los últimos años, existe un margen importante de mejora.
     
  18. Interconectar pilares. A diferencia de otros países, en México el Sistema de Ahorro para el Retiro no se encuentra interconectado al programa no contributivo que en México se conoce como “65 y más”. Esta situación genera una serie de incentivos no alineados a tener un mejor funcionamiento tanto del mercado laboral como del resultado final de las pensiones de los trabajadores. Otros países los han unido con resultados positivos.
     
  19. Finanzas públicas. Si bien éste no es propiamente un reto del sistema de pensiones, sí representa un reto estructural de las finanzas públicas del país. Los costos asociados de la “transición”, derivados de las reformas pensionarias de los afiliados al IMSS, al ISSSTE, y de los propios trabajadores del IMSS, CFE y PEMEX, supondrán un carga creciente de recursos para el país, particularmente por el enorme subsidio implícito que supone cada pensión pagada de beneficio definido.
     
  20. Otros sistemas de pensiones. Finalmente, el país tiene aún un importante reto consistente en reformar sistemas de pensiones de beneficio definido cuyos pasivos son crecientes y que, dado el cambio demográfico que se vislumbra, serán difícilmente sostenibles en el mediano plazo.