“Hay una fuerte conexión entre la inclusión de las mujeres a los productos y servicios financieros y el acceso a mayores oportunidades no solo para la mujer en sí, su familia y su comunidad, sino realmente para la Nación como un todo…”

Mary Ellen Iskenderian
Presidenta y CEO de Women's World Banking

Un par de factores de especial impacto en la calidad de vida de las mujeres son su rol natural de maternidad y la responsabilidad depositada en ellas para cubrir las necesidades de cuidado y trabajo doméstico, en sus hogares. Ser mamá y ama de casa conlleva grandes responsabilidades y satisfacciones, pero también importantes retos a lo largo de toda la vida; uno de ellos es prepararse para tener estabilidad financiera durante la vejez.

Algunos datos relevantes de población y género en México

En 2014 la población mexicana era de 119.7 millones (61.2 millones de mujeres y 58.4 de hombres). En 2050, según las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), seremos poco más de 150 millones (77.9 millones de mujeres y 72.9 de hombres).

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La población femenina adulta mayor está creciendo de manera acelerada. Se prevé que para 2050 las mujeres de 60 años y más representen 23.3% del total de población femenina y los hombres constituyan 19.5% del total de la masculina.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Instituto Nacional para los Adultos Mayores (Inapam), la relación hombres-mujeres indica que por cada 100 mujeres de 60 años y más, viven 87 hombres de esas edades, debido a que las mujeres son más longevas que los hombres, y conforme se incrementa la edad, la supremacía femenina se hace más evidente, puesto que entre las personas de 80 años o más, hay 77 hombres por cada 100 mujeres.

Por otra parte, durante su vida productiva, la actividad más frecuente de las mujeres es el trabajo no remunerado. El 62.8% de ellas se dedican a los quehaceres domésticos, actividad que probablemente han desarrollado buena parte de su vida productiva, y la cual realiza solamente 8% de los hombres. 

La principal fuente de ingresos de las personas adultas mayores difiere según el sexo, para las mujeres son “las transferencias” (59.3%), mientras que para los hombres es el ingreso por trabajo o negocio (58.4%). En ambos casos, los ingresos por trabajo disminuyen conforme aumenta la edad y cobran mayor importancia las transferencias y los programas sociales.

En este sentido, solamente un 8.7% de las mujeres adultas mayores está pensionada o jubilada, o recibe pensión por viudez, a diferencia de los hombres donde una cuarta parte recibe una pensión.

Los factores que desfavorecen el ahorro para el retiro de las madres y amas de casa

1. Especialización por género del trabajo en el hogar

Las trayectorias laborales femeninas generalmente son cortas e interrumpidas debido a los eventos reproductivos y de cuidado doméstico, lo cual ha representado el principal obstáculo para la participación de las mujeres en el mercado laboral formal. No sorprende, por tanto, que el sector informal en México tenga rostro femenino pues es ahí donde buena parte de las madres mexicanas dedican su actividad cotidiana.

Más aún, dedicarse de manera exclusiva a las tareas del hogar (60% de las mujeres lo hace), puede suponer un obstáculo para el ahorro, la inclusión financiera e incluso la comprensión de algunos conceptos financieros básicos. Por ejemplo, datos de la encuesta de AMAFORE “Ahorro y futuro. Una perspectiva de género”, revelan que es menor el número de mujeres (28%) que ahorran, que de hombres (40%).

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2. Diferencias de sueldos y oportunidades

En todos los estratos sociales, la mujer recibe menores remuneraciones que el hombre por el mismo trabajo. Además, las actividades profesionales requieren, entre otras cosas, la capacidad de realizar viajes, largas jornadas y tiempo fuera de casa, tareas que por la naturaleza del rol familiar de las madres, siempre les resultan más complejas.

3. Baja densidad de cotización

Andras Uthof, coordinador de la Unidad de Estudios Especiales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), asegura que los grupos más desprotegidos, y especialmente las mujeres, ven fuertemente reducidas sus pensiones debido a su relativamente baja densidad de aportes a su seguridad social. En México, la densidad de cotización de las mujeres también es menor. Esto significa que del total de la vida activa laboral de una persona, las mujeres cotizan menos tiempo que los hombres a algún sistema de seguridad social y, por tanto, acumulan menos recursos y menos semanas de cotización, limitando la pensión a la que podrán aspirar.

4. Mayor esperanza de vida

Las madres mexicanas, muchas de ellas dependientes de sus parejas, deberán enfrentar la realidad de una mayor esperanza de vida y, por tanto, el reto que supondrá contar con recursos suficiente para sufragar una más larga etapa del retiro.

5. Además...

Existen factores culturales que disminuyen la intención del ahorro entre las mujeres. El principal es transferir a la familia la responsabilidad de su manutención en la vejez. Lo anterior, luego de que se estima que 56% de las mujeres espera financiarse con la pensión de su cónyuge y 35% con apoyos de algún otro familiar. Sin embargo, factores como la disminución en el número de hijos que tienen actualmente las parejas (promedio de seis hijos en 1960 a dos en el 2015) limitarán la disponibilidad de recursos familiares para apoyarlas.

Pero ello no debe ser un impedimento.

Si bien es cierto que aún falta mucho por hacer, también lo es que muchas puertas se han abierto. Las mujeres hoy en día desempeñan muchos otros trabajos que eran impensables en el pasado. La actividad de las mujeres tiene un gran impacto positivo en la economía, en los negocios, en la agricultura y en la industria, y poco a poco se ha ido ganando terreno al fomentar el equilibrio entre las responsabilidades laborales y domésticas entre mujeres y hombres, incluido el acceso a servicios asequibles y de calidad.

Por ello, la vulnerabilidad de las madres en temas pensionarios NO se debe a una actitud pasiva de las mujeres sino a que muchas de ellas dedican la mayor parte de su vida productiva a ser madres y a realizar actividades domésticas no remuneradas, pero indispensables para su núcleo familiar.

Al ser las administradoras del gasto del hogar, resulta por demás valioso organizar una distribución del dinero que permita invertir el ahorro para el retiro como una asignación programada de una parte del ingreso, a diferencia y en lugar de sacrificar a disgusto algún remanente del gasto.

Empieza a construir tu patrimonio pensionario siguiendo estas recomendaciones:

  • Informarse lo antes posible sobre los temas vinculados al retiro y planear las metas de ahorro para el futuro con la debida anticipación.
  • Acercarse a la AFORE para pedir asesoría y realizar proyecciones
  • Si se trabaja por cuenta propia, también se puede empezar a ahorrar para el futuro e informarse sobre las opciones que tienen las AFORE, para los trabajadores independientes.
  • Entre más pronto se empiece a ahorrar para el futuro mayores son los beneficios.
  • Realizar diversos ejercicios sobre el monto que se necesita para incrementar el saldo de la cuenta AFORE en las Calculadoras de CONSAR.
  • Guardar lo que sobre del mercado o el súper y apórtalo voluntariamente en la Cuenta AFORE. 
  • Enseñar a los hijos el hábito del ahorro y empezar a construir con ellos su futuro pensionario: juntos es más fácil.

Anexo
Estadística básica de las mujeres en el SAR

  • El 39.2% de las cuentas individuales registradas corresponden a MUJERES y el 60.8% a HOMBRES.

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  • Las MUJERES son más jóvenes. Observamos que el 54.9% de las MUJERES tienen menos de 40 años, mientras que en los HOMBRES esta cifra representa el 48.1%.

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  • Las MUJERES tienen menos ahorros. El 70.2% de las MUJERES tiene menos de 50 mil pesos ahorrados en su cuenta individual, mientras que en los HOMBRES esta cifra representa el 62.7%.

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  • Las MUJERES tienen menos ahorro voluntario. Sólo el 5.7% de las MUJERES tienen ahorro voluntario en su cuenta individual, mientras que en los HOMBRES esta cifra representa el 6.9%.
     
  • En el último año, las MUJERES realizaron el 41% del total de aportaciones voluntarias en ventanilla.

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  • Las MUJERES cotizan  con menor salario. El 85.7% de las MUJERES cotiza con menos de 5 salarios mínimos, mientras que en los HOMBRES esta cifra representa el 80.5%.

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  • Las MUJERES se Traspasan menos que los HOMBRES. En el último año, las MUJERES representaron el 35.9% del total de Traspasos entre AFORES y el 41.4% de los Registros. 

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  • Las MUJERES realizan menos Retiros Totales. En un año, las MUJERES representaron el 28% del total de Retiros Totales realizado en el SAR.
     
  • Respecto a los Retiros Parciales por Desempleo, las MUJERES realizaron el 41.1% de los retiros parciales.

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