Sin importar en qué parte del mundo vivas o cuál sea tu nivel socioeconómico, las lecciones sobre el género (lo que significa ser hombre o mujer) comienzan a muy temprana edad y tienen consecuencias de por vida.

Esto lo demostró un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health, el cual señala que muchas de las normas sociales que adoptamos en torno al género — es decir, lo que se espera de las niñas y los niños— quedan arraigadas desde la adolescencia y tienen consecuencias negativas que impactan en la edad adulta.

Estos roles de género afectan tanto a mujeres, como a hombres. Aunque la investigación analizó a adolescentes de entre 10 y 14 años en 15 países, se descubrió que muchos de los estereotipos que lastiman a hombres y mujeres son los mismos alrededor del mundo y se asumen antes de los 10 años.

El mayor mito perpetuado sobre el género es que una vez que las niñas llegan a la pubertad, se vuelven vulnerables, por lo que necesitan protección para preservar su salud sexual y reproductiva, mientras que a los niños se les ve como personas fuertes e independientes.

Es este mito, asegura Kristin Mmari, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins, lo que cambia la forma en que el mundo ve a ambos sexos durante la adolescencia, y la forma como la sociedad continúa tratándolos a lo largo de sus vidas.

Lamentablemente, el hecho de seguir perpetuando y reproduciendo estos estereotipos tiene consecuencias desde la niñez y posteriormente en la salud de las y los adolescentes.

Según el estudio, las consecuencias de que las niñas se conformen con los estereotipos que se les asignan, incluyen:

  • Depresión
  • Matrimonio infantil
  • Deserción escolar
  • Exposición a la violencia

Las consecuencias de que los niños se conformen con los estereotipos que se les asignan, incluyen:

  • Involucrarse en actos de violencia física en mayor medida que las niñas
  • Morir con mayor frecuencia de heridas accidentales
  • Ser más propenso al abuso de sustancias y al suicidio
  • Tener una esperanza de vida más corta que las mujeres

Una de las principales conclusiones del estudio es que es importante desafiar los estereotipos de género cuando las y los niños son pequeños. Según Mmari es una oportunidad para abordar estas actitudes y creencias —construidas socialmente, y no producto de la biología de las personas— antes de que se consoliden más adelante.

Además, concluyó que “uno de los problemas es que generalmente miramos las cosas a nivel individual, por lo tanto sentimos que si simplemente empoderamos a las niñas, las hacemos sentir bien, entonces cambiaremos”. El problema, dijo, radica en que estas niñas vuelven a sus hogares y a la escuela, donde reciben mensajes contradictorios.

De igual manera, recalcó que por ello se debe poner especial énfasis en los medios de comunicación, ya que a través de éstos se transmiten normas injustas y estereotipos de género a nuestros niños y niñas que repercuten en su educación y posterior desarrollo.