Nicolasa de 50 años de edad, vive en Malinalco. Su vivienda de adobe resultó afectada con el sismo de 2017. Sin recibir ningún tipo de apoyo para reconstruirla su hija decide entonces, llevarla a vivir con ella por el severo daño que sufrió la vivienda y su escasa audición que le imposibilitaba escuchar cualquier señal de peligro, sobre todo por la réplicas posteriores del sismo. Con el subsidio de la Conavi en esta nueva administración y después de trabajar en el diseño de su vivienda junto con la asistencia técnica, iniciaron los trabajos de reconstrucción.

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Se rescató la construcción de adobe, se colocó una cubierta de vigas de madera nueva y teja recuperada, se aplanaron los muros con mortero de cal arena y se aplicó pintura. Además, con la ayuda de su hermano quien aportó su mano de obra se consolidó su baño construido de block gris, quedando con muebles sanitarios y los recubrimientos mínimos en piso y área de regadera.
Ahora, Nicolasa ha regresado a su nuevo hogar en el terreno herencia de su padre, con la tranquilidad de vivir en un espacio que le ofrece seguridad.