El ejercicio pleno del derecho humano de acceso a una vivienda adecuada implica contar con un entorno seguro, habitable y saludable, que responda a las aspiraciones y expectativas de las familias. Para lograrlo, es indispensable que estas participen en la toma de decisiones que atiendan de manera específica sus necesidades.
Para apoyar este esfuerzo y mejorar la calidad del parque habitacional de bajos ingresos –que por su carácter progresivo requiere acciones personalizadas— las familias contarán con asistencia técnica integral, que garantice su participación en las decisiones para aprovechar óptimamente sus recursos económicos, sociales y en especie. Al mismo tiempo, esto procurará una vivienda con mayor calidad estructural, constructiva y de diseño.