• El informe se enfoca en la población indígena, población con alguna discapacidad y población en una relación del mismo sexo con datos del Censo 2020.
  • Se encuentra que las personas trabajadoras pertenecientes a la población indígena y a la población con discapacidad ganan menos que el resto.

La Dirección Técnica de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) presentó al Consejo de Representantes el Informe Mensual sobre el Comportamiento de la Economía del mes de julio, con los resultados del estudio de la discriminación en el mercado laboral de México.

Se calculó la brecha del salario por hora en tres grupos de interés por su potencial vulnerabilidad, utilizando datos del Censo de Población y Vivienda 2020 y la descomposición de Oaxaca-Blinder, una metodología que permite conocer las disparidades salariales considerando las diferencias de capital humano y sociodemográficas entre ambos grupos. Los resultados de la descomposición incluyen un ajuste por la probabilidad de cada grupo de participar en el mercado laboral.

Considerando a personas entre 25 a 54 años[1], ocupadas en el país, remuneradas o asalariadas, que trabajan jornada completa y con empleo formal, y una vez realizado el ajuste, se encontró que la población indígena gana 18.6% menos en comparación con el resto, y la población con discapacidad un 6.6% menos.

En el caso de las personas en una relación del mismo sexo, se encontró que ganan 0.8% más que las personas en una relación heterosexual, aunque esta diferencia no es estadísticamente significativa; es decir, no se puede decir con seguridad que ganan más.

Es importante mencionar que el resultado para las personas en una relación del mismo sexo en general no implica que no exista discriminación laboral a las personas de la comunidad lésbico, gay, bisexual, trans y otras orientaciones sexuales y expresiones de género (LGBT+), ya que con los datos del Censo sólo se identifica que están en una relación del mismo sexo, pero se excluye a las personas solteras y no se puede controlar por otras variables relevantes como expresión de género, o si las personas de su entorno laboral conocen su orientación sexual o identidad de género.

Sobre el ejercicio para conocer la probabilidad de que las personas en cada grupo de interés se inserten en el mercado laboral, se consideraron diversas características sociodemográficas y del hogar. Para la población indígena, el vivir en una localidad rural reduce la probabilidad participar en el mercado laboral en 12.5% respecto a quienes viven en una localidad urbana; y ser mujer la reduce en 40.2% respecto a los hombres.

Para la población con una discapacidad, tener una discapacidad del habla reduce la probabilidad en 19.3% y tener una condición mental en 28.4%, respecto a quienes tienen otro tipo de discapacidad. Finalmente, para la población en una relación del mismo sexo resalta que la probabilidad de participar en el mercado laboral es muy similar entre hombres y mujeres, situación que no se ve en las parejas en una relación heterosexual.

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[1] Siguiendo el ciclo de vida de las personas, se espera que en este rango de edad estén participando en el mercado laboral, no sean estudiantes, ni tengan planes de retiro en el corto o mediano plazo.