La Asamblea de la ONU, en su resolución A/RES/66/292 del 17 de septiembre de 2012 declaró el 1 de junio como "Día Mundial de las Madres y los padres" para reconocer su labor y honrar su trabajo en todo el mundo.

  • En 2021, de acuerdo a las Proyecciones de la Población de México y de las Entidades Federativas, 2016-2050, en el país residen 128.9 millones de personas, de las cuales 65.8 millones son mujeres y 63.1 millones hombres.
  • De acuerdo con el Censo de población y Vivienda 2020, en México se enumeraron 35 millones 219 mil hogares censales, 67.4 por ciento tenían como persona de referencia hombres y 32.6 por ciento mujeres. Con respecto a la composición de los hogares censales 86.7 por ciento fueron familiares (61.5 nucleares, 24.3 ampliados, 1.0 compuesto) y 13.1 por ciento no familiares (12.4 unipersonales, 0.7 de corresidente). 
  • Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2018 (ENIGH), en los hogares con jefatura femenina, es posible señalar que en 75.6 por ciento reside la jefa con al menos un hijo o hija. En 6 de cada 10 de estos hogares encabezados por mujeres se presentan arreglos monoparentales[1], en los que 34.3 por ciento están conformados por la jefa del hogar y sus hijos(as) y 28.2 por ciento en donde además conviven con al menos otro pariente. En 22.8 por ciento de los hogares donde una mujer es la jefa del hogar y no reside la pareja, se tiene la presencia de al menos un(a) hijo(a) menor de 15 años.
  • Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del primer trimestre de 2021 de las mujeres de 15 años y más, 68.04 por ciento tenían al menos un(a) hijo(a). De estas mujeres, 39.92 por ciento eran ocupadas, 1.31 por ciento mujeres madres que buscaban un empleo. 58.76 por ciento estaban fuera de la actividad económica, de las cuales 9.71 por ciento estaban disponibles y 49.05 por ciento declararon no disponibilidad para entrar a la actividad económica.
  • De las mujeres madres ocupadas, 54.20 por ciento declaró no tener prestaciones de salud. Además, 64.24 por ciento eran trabajadoras asalariadas, 27.12 por ciento trabajadoras por cuenta propia, 5.40 por ciento trabajadoras sin pago y 3.23 por ciento empleadoras.
  • Del total de mujeres, 52.8 por ciento son mujeres de 15 a 49 años, en este intervalo de edad, la mujer suele vivir su etapa reproductiva y se conoce como el grupo de mujeres en edad fértil (MEF). Se estima que el volumen de este grupo disminuirá y representará a 45.4 por ciento de la población femenina en 2030. Asimismo, se espera que durante el 2021, ocurran 2 133 951 nacimientos en mujeres de este grupo de edad y en 2030 se espera ocurran 1 985 707 nacimientos.
  • Estimaciones del CONAPO con base en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018, del total de mujeres en edad fértil, 22.0 por ciento residía en zonas rurales y 78.0 en urbanas. Asimismo, en 2018 del total de MEF, 5.6 por ciento hablaba lengua indígena y 94.4 no hablaba lengua indígena.
  • De acuerdo a la Comisión de The Lancet encabezada por Ann Starrs y colegas (2018)[2] sobre derechos sexuales y reproductivos, se considera a los hombres en edad fértil (HEF) a quienes tienen entre 15 a 59 años, así en 2021 se estima que hay 39.6 millones, que representan el 62.7 por ciento del total de hombres en el país y para 2030 se espera que el volumen de HEF sea de 42.4 millones, representando el 61.1 por ciento del total de los hombres.[3]

Fecundidad

  • En 2021, se estima que, el promedio de hijos(as) por mujer durante su vida reproductiva (tasa global de fecundidad, TGF) es de 2.03 hijos(as). Los grupos de mujeres de 20 a 24 y 25 a 29 años son los que más contribuyen a la fecundidad, con una tasa de 115.2 y 101.8 hijos(as) nacidos(as) vivos(as) por cada mil mujeres de cada grupo de edad, seguidas por las mujeres de 30 a 34 años con una tasa de 73.5 nacimientos y las adolescentes (15 a 19 años) con 67.7 nacimientos por cada mil adolescentes.
  • Asimismo, estimaciones del CONAPO con base en la última edición de la ENADID, en 2016 la TGF en las zonas rurales fue de 2.51 hijos(as) en promedio y la tasa de fecundidad adolescente (TFA) de 91.9 nacimientos por cada mil, mientras que, en zonas urbanas, la TGF fue de 1.94 hijos(as) en promedio y la TFA de 64.5 nacimientos por cada mil adolescentes.
  • En 2019, estimaciones realizadas por la SGCONAPO con base en el Censo de Población y Vivienda 2020, se obtuvo que, la TGF de hablantes de lengua indígena era de 2.85 hijos(as) en promedio por mujer y la TFA de hablantes de lengua indígena fue de 73.5 nacimientos por cada mil adolescentes, mientras que la TGF de no hablantes de lengua indígena fue de 1.82 hijos(as) en promedio por mujer y la TFA en 41.1 nacimientos por cada mil adolescentes.
  • Tanto en hablantes como en no hablantes de lengua indígena la fecundidad máxima se alcanza en las mujeres de 20 a 24 años (155.6 y 97.9 nacimientos por cada mil mujeres, respectivamente), seguida por las de 25 a 29 años con tasas de 141.7 y 97.7 nacimientos, en cada grupo de mujeres.
  • Asimismo, con base en el Censo de Población y Vivienda 2020, la SGCONAPO estimó que en 2019 la TGF de mujeres afrodescendientes fue de 1.94 hijos(as) en promedio por mujer, y la TGF de las no afrodescendientes de 1.88 hijos(as) en promedio por mujer.
  • Mientras que, la fecundidad de las adolescentes afromexicanas se estimó en 40.9 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años, la cual, fue menor a la que presentaban las adolescentes no afrodescendientes de 43.0 nacimientos por cada mil.
  • En ambos grupos, afromexicanas y no afromexicanas, la fecundidad máxima se alcanzó entre las mujeres de 20 a 24 años (111.9 y 101.0 nacimientos por cada mil mujeres de cada grupo de edad), seguida por las de 25 a 29 años con una tasa de fecundidad de 109.8 y 100.3 nacimientos, respectivamente.

Salud reproductiva

  • El artículo 4° constitucional, establece que las mujeres y los hombres tienen el derecho a decidir libre y responsablemente el mejor momento para procrear, el número de hijos(as) y el espaciamiento entre los nacimientos.
  • En 2018 se estimó que, del total de MEFSA, 84.4 por ciento tenía al menos un(a) hijo(a) nacido(a) vivo(a). Asimismo, se encontró que el mayor porcentaje de MEFSA con al menos un(a) hijo(a) se ubicó en los tres últimos grupos edad, es decir, en las de 45 a 49 años (96.0%), de 40 a 44 años (95.5%) y de 35 a 39 años (92.3%), mientras que, el menor porcentaje estuvo entre las adolescentes (45.2%), las de 20 a 24 (64.9%), las de 25 a 29 (79.5%) y las de 30 a 34 años (87.7%).
  • En 2018, el porcentaje de MEFSA usuarias de métodos anticonceptivos fue de 75.5 por ciento, mientras que, entre las MEFSA que tenían al menos un(a) hijo(a) nacido(a) vivo(a) fue de 88.9 por ciento.
  • Asimismo en 2018 se estimó que  la prevalencia anticonceptiva de acuerdo al grupo de edad de las MEFSA que tenían al menos un(a) hijo(a), , aumentaba con forme avanzaba la edad, y nuevamente  entre las adolescentes  se ubica el  porcentaje más bajo (54.3%), seguidas de las jóvenes de 20 a 24 (69.2%) , sin embargo a partir del grupo de mujeres de 25 a 29 años, el porcentaje de usuarias de métodos anticonceptivos aumentó considerablemente a 82.9 por ciento, entre las de 30 a 34 años a 91.3 por ciento, de 35 a 39 años a 95.8 por ciento, y de 40 a 44 años a 98.0 por ciento y en las de 45 a 49 años a 98.5 por ciento.

Participación masculina en la prevalencia anticonceptiva

  • La participación masculina en la prevalencia de las mujeres en edad fértil sexualmente activas o unidas, se refiere al porcentaje de mujeres que declararon que sus parejas usaron condón masculino, se hizo vasectomía o que usaron métodos anticonceptivos tradicionales (Ritmo, calendario, Billings o abstinencia periódica y retiro o coito interrumpido).
  • Las estimaciones del CONAPO con base en la ENADID 2018, encontraron que, aproximadamente una de cada seis (16.8%) mujeres sexualmente activas y una de cada ocho (13.1%) unidas, contó con la participación activa de los hombres en el uso de métodos anticonceptivos para la planeación o prevención de embarazos o de ITS.
  • Asimismo, en 2018, se identificó que en Querétaro (23.2%), la Ciudad de México (22.4%) y Aguascalientes (20.5%) se ubicó el mayor porcentaje MEFSA con participación masculina en la prevalencia anticonceptiva, mientras que en Chiapas (10.0%), Oaxaca (11.7%) y Tabasco (12.9%), los más bajos porcentajes.
  • De acuerdo a los grupos de edad de las mujeres en edad fértil sexualmente activas (MEFSA) en 2018, la mayor proporción de mujeres con participación masculina en el uso de métodos anticonceptivos se identificó entre las adolescentes con 26.6 por ciento y las mujeres de 20 a 24 años con 22.6 por ciento, es decir, entre las más jóvenes. Si se considera a mujeres en edad fértil unidas (MEFU), el porcentaje más alto se encontró en las mujeres de 25 a 29 y de las de 30 a 34 años con 15.1 y 14.3 por ciento, respectivamente.
  • En 2018, entre las adolescentes sexualmente activas, la Ciudad de México, el Estado de México y Colima son las entidades que tuvieron el mayor porcentaje de participación masculina en la prevalencia anticonceptiva, con 47.2, 42.9 y 39.1 por ciento, respectivamente. En el otro extremo se ubicó a Chiapas, Oaxaca y Sinaloa, con porcentajes de 13.9, 16.2 y 18.1 por ciento, respectivamente.
  • Por otro lado, Yucatán se colocó como la entidad federativa con mayor porcentaje de adolescentes unidas con participación masculina en la prevalencia anticonceptiva (24.1%), mientras que Guerrero, fue la entidad con el menor porcentaje (5.8%).

Salud materno-infantil

  • La salud materno-infantil es uno de los componentes de la salud sexual y reproductiva que se centra en la salud de la mujer y del niño durante el embarazo, parto y puerperio, este enfoque garantiza el derecho a tener un embarazo en condiciones seguras y protegidas. La forma cómo se desarrolla, así como los cuidados que se tengan previos y posteriores a éste, influyen en gran medida en la salud de la madre, que a su vez impacta en la salud de la persona recién nacida[4].
  • Con base en la ENADID 2018 se obtuvo que a nivel nacional, el porcentaje de mujeres en edad fértil que acudieron a atención prenatal[5] en el primer trimestre de embarazo fue de 89.4 por ciento. Jalisco se ubicó el porcentaje más alto (93.4%) de mujeres que acudieron a revisiones prenatales durante el primer trimestre, mientras que en Puebla el porcentaje más bajo (85.2%).
  • En 2018 se estimó que 95.9 por ciento de las mujeres que tuvieron a su último(a) hijo(a) nacido(a) vivo(a) fueron atendidas por médicos(as) durante el parto, 1.5 por ciento por enfermeros(as) auxiliares o promotores(as) de la salud y 2.2 por ciento por parteras. Asimismo, en 2018, se estimó que 53.9 por ciento de las mujeres tuvieron parto vía vaginal y a 46.1 por ciento les realizaron cesárea.
  • En México en 2018 poco más de la mitad (54.5%) de las mujeres adoptaron un método anticonceptivo después del parto. Al analizar por grupos de edad de las MEF, se observó que más de la mitad (53.7%) de las adolescentes (15 a 19 años) adoptaron un método anticonceptivo después del parto, asimismo se observa que las mujeres entre 20 y 24 años y las de 25 a 29 años fueron las que presentaron los más bajos porcentajes de adopción de un método anticonceptivo después del parto, con 45.1 y 46.1 por ciento, respectivamente. Mientras que, entre las mujeres de 40 a 44 y de 45 a 49 años el porcentaje de las que adoptaron un método después del parto, fueron más altos de 60.2 y 60.4 por ciento, respectivamente.
  • En 2018, las entidades federativas con el más alto porcentaje de MEF que adoptaron un método anticonceptivo después del parto fueron, Tlaxcala (62.5%), Hidalgo (62.5%) y Puebla (59.8%) y las entidades con el más bajo porcentaje fueron Aguascalientes (46.2%), Zacatecas (46.3%) y Jalisco (47.3%).
  • A nivel nacional, 93.5 por ciento de las mujeres en edad fértil dieron leche materna a él o la recién nacido(a). La duración de mujeres lactando es de 12.3 meses en promedio.
  • En el caso de las mujeres en edad fértil (6.5%) que no dieron leche materna a la o él recién nacido(a), se identificó que el principal motivo fue porque nunca tuvo leche (38.2%), seguido por enfermedad de ella o del niño(a) (22.5%), porque el niño(a) la rechazó (20.2%), por recomendación de él o la médico(a) (5.0%), y el 14.1 por ciento declaró que fue por otras razones.
 

[1] Compuesto por un solo progenitor (padre o madre) y uno o varios hijos, este arreglo puede formar parte de una familia nuclear o bien de una familia extensa (conviviendo con otros parientes).

[2] Starrs, A. M., Ezeh, A. C., Barker, G. et al. (2018). Accelerate progress sexual and reproductive health and rights for all: report of theGuttmacher–Lancet Commission. The Lancet Commissions, volumen 391, issue 10140, pp. 2642-2692, junio 30, 2018. Disponible en: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(18)30293-9/fulltext

[3] CONAPO. Situación de los Derechos sexuales y reproductivos. República Mexicana, 2018. Disponible en: https://www.gob.mx/conapo/documentos/situacion-de-los-derechos-sexuales-y-reproductivos-republica-mexicana-2018?idiom=es

[4] CONAPO. Situación de la Salud Sexual y Reproductiva. República Mexicana. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/237216/Cuadernillo_SSR_RM.pdf

[5] Sólo se considera a las mujeres con últimos(as) hijos(as) nacidos(as) vivos(as) en los cinco años previos al levantamiento de la encuesta.