En el capítulo 11 del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, celebrada en 1994 en El Cairo, se pidió que se proporcionara acceso universal a la enseñanza primaria y se cerrara la brecha entre los géneros en ese nivel educativo y secundaria, que ampliaran las políticas y los programas para apoyar la educación y el aprendizaje a lo largo del curso de vida, con especial atención a las personas migrantes, con discapacidad y pueblos indígenas.

Se pidió a los gobiernos impartir educación académica e informal sobre cuestiones de población y salud, incluida la salud sexual y reproductiva. Para mejorar la igualdad entre los géneros, promover un comportamiento sexual responsable y proteger a las adolescencias de los embarazos tempranos y no deseados, las infecciones de transmisión sexual, la violencia y la violencia sexual.

En el debate general México informó que el censo de 2020 permitió estimar temas emergentes, como la población con discapacidad y afrodescendiente, la movilidad humana y los índices de marginación, y que otras encuestas nacionales estiman ya los usos del tiempo, la aportación económica del trabajo remunerado y no remunerado entre mujeres y hombres (ENUT, 2022); y que por primera vez se realizó una encuesta nacional sobre diversidad sexual y de género (5 por ciento se identifican como LGBTI+, en jóvenes entre 15 y 19 años el porcentaje es de 15.6, Indiseg, 2021).

México coordinó un evento paralelo sobre EIS en que se presentaron los modelos de Argentina, Países Bajos, Ecuador y México. Los cuatro modelos promueven los derechos sexuales y reproductivos de niñas, niños y adolescentes y sostienen una perspectiva de género. Destaca el modelo ecuatoriano por su enfoque intercultural de la EIS; el argentino por la bien lograda articulación de los aspectos políticos, institucionales, estructurales y pedagógicos de la EIS; el de los países bajos por su énfasis en el placer y la visión positiva de la sexualidad, y el modelo mexicano por el temprano reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos en la curricula, así como por la integración territorial e interinstitucional de la EIS con la comunidad docente, organizaciones civiles y personas servidoras públicas de instituciones de las mujeres, la salud, cultura, niñeces, adolescencias, juventudes y justicia.

 

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