La Secretaria General expuso que desde el inicio de la implementación de la ENAPEA hasta el 2020 se ha logrado un descenso de la fecundidad adolescente de 7.8 por ciento, sin embargo, la fecundidad forzada en niñas y adolescentes de 10 a 14 años va en aumento.

Indicó que a pesar de que los servicios de salud sexual y reproductiva siguen operando en el marco de la pandemia por COVID-19, las personas dejan de asistir por temor a contagiarse, por esta razón, considerando un aumento del 20% en las Necesidades Insatisfechas de Anticoncepción de las mujeres jóvenes de 19 años o menos, entre 2020 y 2021 el CONAPO estima un número adicional de 21 575 embarazos.

Ante este panorama, la titular del Consejo afirmó que para disminuir los embarazos en adolescentes y erradicar el embarazo infantil, la ENAPEA 2020-2024 busca incidir en factores estructurales e incorporar programas prioritarios que forman parte de la nueva transformación del país, como las Becas Benito Juárez, Escuela en Tu Casa y la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones. Además, fortalecerá temas como la participación masculina en la prevención del embarazo de adolescentes, el uso de métodos anticonceptivos que incluye la doble protección, la prevención de la violencia de género y del consumo de alcohol y otras sustancias.

Gabriela Rodríguez reiteró que el embarazo en menores de 14 años se encuentra ampliamente relacionado con casos de violencia sexual, en los que en muchas ocasiones las personas agresoras son familiares, así como con matrimonios y uniones forzadas. Agregó que cada que se presenta un caso de embarazo infantil se debe investigar la razón de su existencia y ofrecer a las niñas atención médica y psicológica, incluida la interrupción del embarazo.

Por su parte, la Presidenta del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia A.C. (COMEGO), Josefina Lira Plascencia, informó que el embarazo en adolescentes tiene consecuencias de salud en las madres y sus hijas e hijos como preclamsia, anemia y nacimientos prematuros, además de consecuencias sociales como el abandono escolar. Ante esta situación, invitó a brindar atención a las adolescentes desde un enfoque intersectorial, que tome en cuenta el apoyo de madres, padres, personas cuidadoras, maestras y maestros, así como el acompañamiento de las y los médicos a través de orientaciones educativas sobre el uso de métodos anticonceptivos.