El 23 de febrero dio inicio el ciclo de conferencias del Consejo Consultivo Ciudadano para la Política de Población (CCCPP), en el que participó Elena Azaola Garrido, Doctora en Antropología y profesora investigadora emérita del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

La Dra. Azaola es miembro del CCCPP, ha centrado sus estudios en grupos vulnerables: niñas y niños que viven en situación de calle, juventudes que viven en instituciones correccionales, niñas y mujeres que han sido objeto de tráfico y explotación sexual; mujeres en prisión. También se concentrado en el estudio del incremento de la violencia, particularmente entre las juventudes.

La conferencia tuvo como objetivo analizar las condiciones de vulnerabilidad que enfrenta una proporción significativa de la población de adolescentes en nuestro país, ya que, en palabras de la especialista, la pobreza afecta más a este grupo etario que cualquier otro en la sociedad.

Entre las variables que tienen mayor peso como determinantes de la pobreza y las condiciones de vulnerabilidad en niñas, niños y adolescentes son: la carencia de seguridad social en su hogar, así como de ingreso laboral, la falta de nutrición de calidad, el rezago educativo, la falta de servicios de vivienda y el ser hablante de alguna lengua indígena. 

Señaló que de 2016 a 2022 han muerto por homicidio un total de 8 mil 863 niñas, niños y adolescentes, siendo los estados con tasas de homicidios más elevadas: Colima, Guerrero, Zacatecas, Chihuahua, y Guanajuato; y que los casos de violencia familiar se incrementaron en un 46% entre 2016 y 2020, las entidades con las tasas más elevadas fueron: Baja California Sur, Nuevo León, Colima, Ciudad de México y Chihuahua; y los casos de violencia sexual se incrementaron en 64.5%.

Cuando se les preguntó a los jóvenes privados de su libertad por violencia, ¿Qué te gustaría hacer al salir?, estas fueron sus respuestas: 3% trabajar; 27% estudiar; 15% estar con mi familia; 5% no sé; 3% ser militar, marino o policía; 1% sentirme libre y caminar por el parque; y, 1% vender droga y seguir robando.

Dentro de las conclusiones que se presentaron destacan:

“El estudio da cuenta con detalle de las situaciones de vulnerabilidad que los y las adolescentes han enfrentado y que precedieron, y en buena parte contribuyeron, a su involucramiento en actividades delictivas. Estas son, por así decir, las condiciones de vulnerabilidad primaria  que enfrentaron en su entorno”.

“A las condiciones de vulnerabilidad primaria, se agregan las que tienen lugar una vez que los adolescente entran en contacto con las instituciones de seguridad y justicia. A éstas las denominaremos condiciones de vulnerabilidad secundaria”.