Los pescadores de las comunidades ribereñas contribuyen en la economía y con la sociedad a  través de la creación de empleos, generación de divisas y aportan productos de alta calidad al sector alimentario, sostuvo Jorge Luis Reyes Moreno, Director General de Organización y Fomento de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).

Al participar en la presentación del libro “Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca de pequeña escala”, en representación del Comisionado Nacional de Acuacultura y Pesca, Mario Aguilar Sánchez, señaló que este trabajo editorial es un gran acierto, debido a que  propone principios y guías para el desarrollo de la pesca responsable de pequeña escala.

En este contexto,  reconoció el esfuerzo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a fin de que el sector pesquero cuente con una iniciativa global plasmada en este primer instrumento de directrices voluntarias, aplicables en la pesca de pequeña escala en aguas marinas y continentales.

Puntualizó que en la parte que compete a la CONAPESCA, “tomamos el compromiso que nos corresponde para acatar lo relativo a los principios de sustentabilidad y desarrollo equilibrado; nos comprometemos a instrumentar precisamente las herramientas necesarias que permitan que las propuestas de esta iniciativa se concreten de manera efectiva y expedita”, subrayó.

En su exposición, el presidente de la Comisión de Pesca y Acuacultura del Senado de la República, Ernesto Ruffo Appel, destacó que estas directrices pueden contribuir a un mayor ordenamiento pesquero y  dijo que el gran reto en la pesca artesanal, es buscar que sea más sustentable para obtener más alimentos y  abatir los índices de pobreza.

Confió que las mencionadas Directrices Voluntarias se pueden incorporar de forma legislativa, para también ser operadas por las entidades del poder ejecutivo como la CONAPESCA y el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura.

A su vez, Fernando Soto Vaquero, representante de la FAO en México, destacó que la pesca de pequeña escala artesanal contribuye a la seguridad alimentaria, a la nutrición y a la erradicación de la pobreza en el mundo, y precisó que cerca del 90 por ciento de los pescadores, de 20 millones de pescadores que se calculan a nivel mundial son pescadores ribereños, suministran cerca del 50 por ciento del total de la producción de la pesca de captura que en el mundo llega a 93 millones  de toneladas.

Explicó que las Directrices voluntarias para garantizar la pesca sostenible en pequeña escala,  en el contexto de la seguridad alimentaria, y la erradicación de la pobreza, están diseñadas para apoyar a millones de pescadores artesanales en el mundo, en particular en los países en desarrollo, promoviendo sus derechos humanos y salvaguardando un uso sostenible de los recursos pesqueros, de los que depende su subsistencia.

Estas Directrices complementan otros instrumentos internacionales vigentes que tienen como común denominador los principios de los derechos humanos como el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO, el derecho a la alimentación que está consignado en la Constitución de México y las directrices voluntarias para la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques, del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial.

Refirió que el 10 de junio de 2014 concluyó un proceso que inició en 2011,  en el que representantes de más de 100 países y observadores procedentes de organizaciones de la sociedad civil, organizaciones nacionales y no gubernamentales, aprobaron estas Directrices en el Comité Mundial de Pesca (COFI), único foro intergubernamental en el mundo donde se examinan periódicamente los problemas de la pesca y la acuacultura a nivel internacional.

Aseguró que este nuevo instrumento internacional representa un consenso mundial sobre los principios y la orientación, referentes a la gobernanza y el desarrollo de la pesca de pequeña escala.

“Las Directrices ofrecen un importante instrumento para aumentar la contribución de la pesca de pequeña escala a la seguridad alimentaria, con su aplicación se pretende promover y mejorar el desarrollo equitativo  y la condición socioeconómica de las comunidades de pescadores de pequeña escala”, concluyó.