También se registró la presencia de dos ejemplares de ballena jorobada

La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a través del Parque Nacional Bahía de Loreto (PNBL), informa de la llegada de cuatro ejemplares de ballena azul (Balaenoptera musculus) a esta Área Natural Protegida (ANP), entre los ejemplares destaca una madre y su cría, lo cual es un gran indicador de la productividad de alimento y el buen estado de protección de esta ANP.

El ballenato de una ballena azul puede tener un peso de hasta 2.5 toneladas y medir ocho metros. Durante su primer año de vida, se alimenta exclusivamente de leche materna y puede aumentar hasta 90 kilos al día. Asimismo, se registró la presencia de dos ejemplares de ballena jorobada (Megaptera novaeangliae).

México es reconocido por sus diversas acciones para la protección y conservación de las ballenas, destaca el “Protocolo para la atención de ballenas enmalladas”, elaborado con base en las directrices establecidas por la Red Global de Respuesta a Enmallamientos de Grandes Ballenas, organismo de la Comisión Ballenera Internacional del que nuestro país forma parte.

A partir del 2012, Ecología y Conservación de Ballenas (ECOBAC) con el apoyo de la Conanp, crearon la Red Nacional de Asistencia a Ballenas Enmalladas (RABEN) y conformaron un equipo con personal capacitado para rescatar a ballenas que se enredan en artes de pesca.

En el Pacífico mexicano y la Península de Baja California existen 15 equipos capacitados con 180 miembros. Esta red tiene como objetivo contribuir a la conservación de las poblaciones de grandes ballenas; las maniobras se llevan a cabo desde una embarcación con herramientas especializadas.

Para realizar la visita a las ballenas, es necesario acudir con prestadores de servicios autorizados y capacitados para el “avistamiento pasivo”, se reconocen por el banderín oficial emitido por Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. A diferencia de otros sitios en el mundo, en el ANP solo pueden acercarse embarcaciones menores, a una distancia no menor de 100 metros, cuidando no intervenir en su navegación y apagando el motor cuando las ballenas están en la superficie.