El Proyecto Carbono Azul se implementó en las Reservas de la Biosfera Sian Ka’an, La Encrucijada y Marismas Nacionales Nayarit, con el fin de aumentar la capacidad adaptativa de las comunidades y promover la captura de carbono.

 

Con el objetivo de aumentar la capacidad adaptativa de las comunidades costeras y de promover la captura y almacenamiento de carbono en México, fue implementado el Proyecto Carbono Azul[1] en las Reservas de la Biosfera (RB) Sian Ka’an, La Encrucijada y Marismas Nacionales Nayarit, ubicadas en las costas del Mar Caribe y el Océano Pacífico.

Las acciones impulsadas en estas tres Áreas Naturales Protegidas (ANP) fomentaron la participación de los actores que inciden en esas zonas y que se benefician directamente de los recursos naturales del ecosistema, como prestadores de servicios turísticos, pescadores de langosta y de camarón.

Las actividades del proyecto consistieron en la restauración y reforestación de los humedales, la instalación de redes de señalización en sitios de riesgo para alertar a la población[OIZG1] , la elaboración de planes de contingencia y atlas de riesgo, la realización de diagnósticos del estado de conservación de ecosistemas costeros y de los flujos hidrosedimentarios en humedales; así como la cuantificación del carbono almacenado en las superficies restauradas.

La restauración de 90 kilómetros lineales de canales y de 60 hectáreas de manglar en las tres Áreas Naturales Protegidas benefició a las comunidades locales, pues redujo su vulnerabilidad ante los eventos meteorológicos extremos, ya que este ecosistema representa una barrera natural que amortigua sus impactos.

Esta iniciativa involucró a un gran número de personas y benefició directamente a las comunidades locales con el pago de jornales. Contribuyó además a la sensibilización sobre los riesgos del cambio climático y los beneficios que aportan las ANP al bienestar de las comunidades y de las economías locales.

Los ecosistemas costeros brindan importantes servicios ecosistémicos como la protección contra eventos meteorológicos extremos, la purificación de agua, el sustento de pesquerías, la conservación de la biodiversidad y el secuestro de carbono. Las marismas salobres, los manglares y los pastos marinos son los ecosistemas costeros que capturan el carbono azul, lo hacen principalmente del suelo y a una magnitud mucho mayor que los ecosistemas terrestres.

Dadas las grandes cantidades de carbono almacenadas en los ecosistemas costeros y marinos, y sus beneficios económicos para la población local, es necesario continuar promoviendo su conservación como estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático.

Las tres ANP del Proyecto Carbono Azul cuentan con un Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC), de ahí se identificaron las acciones prioritarias que fueron financiadas por el Fondo para el Cambio Climático, que contó con un presupuesto total de 5 millones 200 mil pesos. Los PACC integran también información sobre clima y sus posibles efectos sobre los ecosistemas y las actividades productivas de las comunidades rurales.[2]

El proyecto Carbono Azul fue implementado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable A.C., con recursos del fideicomiso público Fondo para el Cambio Climático. De conformidad con la Ley General de Cambio Climático, este fideicomiso fue creado en 2012 para contribuir a la ejecución de acciones de mitigación y adaptación al cambio climático en México.

 

[1] El nombre completo del proyecto es “Adaptación de ecosistemas costeros al cambio climático en Áreas Naturales Protegidas de México, con énfasis en la captura y reducción de emisiones de carbono en humedales”.

[2] Los Programas de Adaptación de las tres ANP están disponibles en la siguiente liga:  https://www.gob.mx/conanp/documentos/programas-de-adaptacion-al-cambio-climatico-en-areas-naturales-protegidas .

 [OIZG1]especificar los riegos o cómo es que las "redes" los mitigan. En su defecto, eliminar.