“La Resiliencia es la capacidad de un sistema (social y ecológico) para soportar diversos impactos y no frenar su desarrollo”. Esta fue una de las tesis entorno a la cual giró la discusión en el taller “Social and ecological resilience: key principles and their application”, organizado por la Dirección General de Desarrollo Institucional y Promoción de la CONANP, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Centro de Resiliencia de Estocolmo, con el apoyo del Proyecto Resiliencia[1].

En el taller participaron 28 personas representantes de 11 instituciones provenientes de 10 países, incluyendo Canadá, Estados Unidos, Ecuador, Kenia, Suecia, Etiopía, Colombia, Paraguay, Zambia y México.

A través de los cuatro bloques en los que se dividió el taller, se construyó – de manera participativa – la visión del concepto “resiliencia” y de los principios que contribuyen a hacer operable el concepto, fortaleciendo así los sistemas socioecológicos. 

Asimismo, se identificaron diversos retos para incorporar esta visión en los procesos de planeación, como algunas metodologías para evaluar la resiliencia y la urgencia de una ruta estratégica para introducir este enfoque de incremento en resiliencia en toda la agenda de biodiversidad. 

Durante la participación de México se hizo énfasis en que este concepto está estrechamente ligado a la agenda de cambio climático, ya que se encuentra definida en la Ley General de Cambio Climático. Por ello, la institución y los proyectos en la CONANP que buscan aumentar la resiliencia de las áreas protegidas lo hacen dentro del contexto de los nuevos retos que implicará un clima cambiante. 

Además de los temas antes mencionados, durante el taller se propusieron algunos puntos para integrar los principios de la resiliencia en el sistema de Áreas Naturales Protegidas. Al respecto, se reconoció de manera general los siguientes principios que permiten incrementar la resiliencia de un sistema: 
1. El aumento de la diversidad (representatividad) y redundancia.
2. El incremento en la conectividad.
3. La promoción del aprendizaje de sistemas complejos.
4. La ampliación de la participación.
5. El fomento de sistemas adaptativos. 
6. La promoción de sistemas de gobernanza policéntricos y 
7. La búsqueda de la integridad ecológica y social

El intercambio de experiencias y el análisis de casos, permitió a los participantes conocer factores de éxito en proyectos y comunidades en diferentes contextos a nivel internacional. Cabe destacar la aplicación de metodologías de participación comunitaria en Etiopia, la promoción de módulos de aprendizaje en la Amazonía y las acciones del Proyecto GEF-Resiliencia, el cual interviene en 17 Áreas Naturales Protegidas en México donde se han iniciado procesos que detonarán en un aumento de la efectividad de estos sitios.

Durante el taller se reconoció la labor de la CONANP como una de las pocas agencias a nivel global que es pionera por incorporar este enfoque en el manejo de las áreas naturales protegidas, a través de esfuerzos institucionales y de proyectos como el de GEF- Resiliencia. 

Como siguientes pasos se planteó construir una comunidad de aprendizaje con expertos que estén implementando acciones en campo, definir la ruta para integrar el concepto y sus principios en la agenda de biodiversidad y participar del diálogo global sobre resiliencia que se llevará a cabo en noviembre del presente año.

[1] Este proyecto es ejecutado por la CONANP, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México (PNUD México) como agencia implementadora y cofinanciado por un donativo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés)
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