Disminuir la vulnerabilidad de los grupos productivos contribuye a la conservación de la biodiversidad, al mismo tiempo que apoya el desarrollo local. De esta forma, el fortalecimiento de los grupos a través del aumento de las capacidades organizativas y técnicas (mejorando procesos o innovando) es una medida de adaptación al cambio climático. Además, si la producción de los grupos se enfoca al mercado y se basa en modelos de producción armónicos con la vocación del territorio, es posible reactivar la economía local.
Con el objetivo de brindar capacitación a grupos de productores, en 2013 se hizo un diagnóstico productivo y comunitario en grupos aledaños a la Reserva de la Biosfera Sierra del Abra Tanchipa (San Luis Potosí), con el fin de identificar las posibilidades de mejora en la región. Como medida de adaptación socio-ambiental vinculada a la producción, se recomienda implementar un programa de atención a grupos de producción, con tres ejes: 1. Desarrollo de capacidades. 2. Adopción de modelos sustentables. 3. Transversalidad institucional.