A pesar de que esta Reserva de la Biósfera está enclavada en el corazón del desierto, con grandes extensiones de dunas arenosas que contrastan con la zona volcánica y donde se presentan condiciones climáticas muy extremas, este sitio es hogar de muchas especies que han logrado adaptarse y vivir en alguno de los variados hábitats que ahí podemos encontrar, tal es el caso del murciélago magueyero (Leptonycteris yerbabuenae).

/cms/uploads/image/file/600313/Foto_1_Jens_Rydell.png

Este pequeño murciélago es claro ejemplo de un fenómeno migratorio conocido como filopatría, el cual consiste en regresar a su lugar de nacimiento en alguna época del año para dar a luz a sus crías, las hembras del murciélago dejan su lugar de residencia cuando ya se aparearon y tienen aproximadamente seis meses de gestación, los machos se quedan en su lugar de residencia y son las hembras las que emprenden este viaje hacia una cueva enclavada entre las rocas de lava, la cual le brinda las condiciones idóneas de temperatura y humedad, que resultan perfectas para a tener a sus crías.

Esta cueva en realidad es un tubo de lava que se formó hace miles de años, cuando se presentó un flujo constante de dicho material, el cual, mientras avanzaba, la parte exterior, al hacer contacto con el aire alcanzó a solidificarse, pero al interior la lava siguió avanzando hasta que finalmente el flujo se detuvo, dejando tras de sí una estructura hueca que mide entre 300 y 400 metros aproximadamente.

/cms/uploads/image/file/600245/Vist_de_la_estructura_y_entrada_-_copia.jpg

Todos los años, entre los meses de mayo y agosto, esta cueva oculta entre ríos de lava recibe a miles de hembras de murciélago que migran de sur a norte desde el centro del país, las cuales convierten a este lugar en su morada temporal y en una gran guardería. Aquí las hembras encuentran en las flores el néctar que necesitan para alimentarse. Al hacerlo, sin darse cuenta, recogen el polen de las flores, transportándolo en su fino pelaje y llevándolo de una flor a otra, realizando con ello el proceso de polinización, el cual permite la reproducción de cactáceas y agaves, erigiéndose los primeros como símbolos inequívocos y orgullosos del desierto Sonorense y los segundos proveen la materia prima para la elaboración de tequila y mezcal principalmente.

/cms/uploads/image/file/600315/Foto_3_Jens_Rydell.png

Por estas razones esta especie de murciélago es en todo sentido un visitante VIP, ya que su presencia es de suma importancia para la conservación de la biodiversidad de esta Área Natural Protegida y del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus, por lo que personal de ambas reservan trabajan en conjunto en acciones de conservación.

Desafortunadamente, por razones como pérdida de hábitat, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha catalogado a la especie como “casi amenazada”, por lo que la agencia gubernamental de cuidado de medio ambiente del Estado de Arizona, Estados Unidos, el Arizona Game and Fish, en conjunto con la Conanp, realizan un monitoreo y conteo anual, el cual se lleva a cabo desde 2003.

/cms/uploads/image/file/600316/Foto_4_Daniel_Zamora_-_copia.png

Este monitoreo permite conocer las tendencias en las poblaciones. El conteo se realiza grabando un video durante el tiempo que dura la salida de los murciélagos de su cueva para alimentarse, con este video y a través de un algoritmo en computadora se pueden contabilizar el total de individuos que aparecen en la grabación. Este evento sucede cada atardecer. Por suerte el lugar elegido por los murciélagos como resguardo para sus crías es bastante remoto y de difícil acceso, lo cual permite que no sean perturbados por actividades humanas.

/cms/uploads/image/file/600314/Foto_2_Jens_Rydell.png

#ConservarParaVivir