La frecuencia con la que ocurren los fenómenos meteorológicos y su intensidad han afectado a la población mundial, provocando sequías, inundaciones, enfermedades y el desplazamiento de comunidades. Por ello, es de suma importancia que los tres niveles de gobierno implementen planes y protocolos que ayuden a mitigar los efectos adversos del cambio climático en las poblaciones y los ecosistemas.

Por lo anterior, en el marco del Proyecto Resiliencia, se llevó a cabo la actualización del Protocolo de Atención a Contingencias Ambientales del Complejo de Áreas Naturales Protegidas de Bahía de los Ángeles, integrado por el Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California (Baja California), la Reserva de la Biósfera Bahía de los Ángeles Canales de Ballenas y de Salsipuedes y el Parque Nacional Zona Marina del Archipiélago de San Lorenzo, incluyendo a las comunidades de Bahía de los Ángeles y El Barril.

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Lo anterior se hizo como parte de la implementación de las medidas identificadas en el Programa de Adaptación al Cambio Climático de la Región de las Grandes Islas, en el que se identificó a la estrategia integral de reducción de riesgos y a la atención a contingencias como medidas para la reducción de la vulnerabilidad de las comunidades a las amenazas asociadas al cambio climático, como eventos meteorológicos extremos, ondas de calor, mareas rojas, fenómenos climáticos/oceanográficos, etc.

El objetivo fue construir y poner en operación el Plan Integral de Contingencias y Manejo de Riesgos de la Región de Grandes Islas, articulándolo con los diferentes planes de riesgos y contingencias de mayor y menor escala.

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El Protocolo de Atención a Contingencias se construyó en el año 2013, con apoyo de Pronatura Noroeste A.C. En él se identificaron las amenazas de origen natural y antropogénico a las que se enfrenta la población, así como sus procedimientos de atención. Posteriormente, se organizó una brigada para dar respuesta oportuna, adecuada y coordinada a las amenazas que pudieran afectar a las personas y ecosistemas del complejo.

Para llevar a cabo la actualización de este Protocolo, en 2019 y 2020 se organizaron dos talleres, en los que participaron la Secretaría de Marina (SEMAR), la Secretaría de la Defensa Nacional, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Protección Civil, la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable de Baja California, PRONATURA Noroeste, A.C., Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C. y el Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad Autónoma de Baja California, con el fin de revisar, acreditar y actualizar al equipo de respuesta de este Protocolo de Atención a Contingencias.

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Uno de los resultados más importantes de los talleres fue la adecuación del protocolo al Sistema de Comando de Incidentes (SCI), el cual es un modelo de gestión desarrollado para controlar y coordinar la respuesta a una situación de emergencia. Su objetivo es estabilizar el incidente y proteger la vida de las personas, sus bienes y el medio ambiente que pudieran ser afectados por un incidente.

La compleja gestión de un incidente y la creciente necesidad de acciones de varios grupos de actuación, hace indispensable que exista un sistema único de gestión que sirva de guía para todas las instituciones involucradas. Los principios del SCI permiten que diferentes grupos reconozcan y desarrollen actividades conjuntas, como un comando unificado, planes de acción, terminología, administración, recursos humanos, materiales, flexibilidad organizacional, conceptos de seguridad, procedimientos estandarizados, entre otros.

El Protocolo de Atención a Contingencias Ambientales del complejo cuenta con una descripción del sitio, incluyendo sus características físicas y biológicas, un listado de la flora acuática y terrestre, sus principales especies de aves, reptiles, anfibios, mamíferos terrestres y marinos, invertebrados y peces, así como una breve descripción del contexto demográfico, económico y social de las dos comunidades. Además, agrupa a las contingencia por tipo de origen (natural y antropogénico) y describe el riesgo para la biodiversidad de la región y para la integridad humana.

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La socialización de este documento y su impementación en las comunidades involucradas es fundamental para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones y los ecosistemas al cambio climático.

#ConservarParaVivir