Mediante una “certificación”, los propietarios dedican sus predios a la conservación ambiental, de manera voluntaria y con el interés de cuidar y mantener los recursos naturales. Para lograrlo, se apoyan en instituciones como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), quien da fe de esta voluntad y de las políticas, criterios y acciones que el propietario pretender realizar, brindando el apoyo y la asesoría para la certificación, así como para el establecimiento, administración y manejo de dichas zonas.
A estos nuevos espacios de conservación se les denomina Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), y a través de la certificación se les reconoce como Áreas Naturales Protegidas (ANP) de competencia federal, las cuales están blindadas y contempladas dentro de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección Ambiental (LGEEPA), y que además son administradas directamente por sus propietarios.
Este mecanismo de conservación ha sido bien aceptado por la población, por lo que actualmente contamos con 332 áreas certificadas en 24 estados de la república, siendo Oaxaca el estado con mayor superficie certificada.
Las ADVC son evidencia del interés de la sociedad en participar en la conservación de los ecosistemas y de la vida que habita en ellos. Además, los propietarios asumen la responsabilidad que implica el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales para satisfacer necesidades básicas sin atentar contra la sobrevivencia de otras especies.
Es necesario mencionar que la CONANP no ofrece incentivos económicos, ni cobra las asesorías o los procesos administrativos por realizar dicha certificación. La CONANP tiene presente su ideal y objetivo que es la conservación y bienestar social de las personas que habitan dentro de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y ADVC.
¡Esa es nuestra misión, cuidar e incrementar el número de Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación en nuestro país!