Sin embargo, el consumo de cigarros  no solo daña a la persona que los consume o a su círculo cercano, daña al medio ambiente. ¡Nos afecta a todos!

El tabaco daña el medio ambiente desde su proceso de siembra, ya que necesita un gran número de plagicidas para sobrevivir y ser cosechado. Para que el cigarro llegue a manos de sus consumidores pasa por un proceso en el que más de tres mil  sustancias químicas son añadidas a él, de las cuales algunas como la nicotina, causan cáncer. El humo que el cigarro desprende queda en el aire por horas y daña a muchas más personas, no solo al fumador.

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Algunos consumidores tiran sus colillas en lugares inadecuados, esto causa un gran número de incendios forestales que dañan nuestros bosques y acaban con gran parte de la biodiversidad de los mismos. ¡No perdamos más hectáreas por irresponsabilidad! ¡No dejemos especies sin hogar!

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Los filtros  que contienen los cigarros no son biodegradables y al llegar a mares, ríos, lagunas, manantiales y manglares los afectan. Cada filtro contamina hasta 50 litros de agua. ¿Te imaginas lo que 100 filtros de cigarros podrían hacerle a los Manglares de Nichupté? ¡Un desastre!

Por nuestros bosques, por nuestro aire, por nuestra agua y por nuestro futuro ¡Di no al tabaco!

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#ConéctateConLaNaturaleza