Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la leche materna es el alimento ideal para los recién nacidos, toda vez que contiene las cantidades exactas de grasa, proteínas, carbohidratos, agua, vitaminas y minerales. Sin embargo, en nuestro País sólo dos de cada diez mamás amamantan a sus bebés.

Es importante decir que la lactancia materna alcanza niveles sorprendentes, ya que se trata de uno de los elementos más trascendentes para la vida humana, no sólo en términos nutricionales, sino fundamentalmente por los componentes afectivos y vinculares que rodean el amamantar a los bebes.

Como ocurre con todos los mamíferos, las primeras semanas de vida en los seres humanos son fundamentales, en ese periodo las necesidades estructurales y funcionales del cerebro y de otros órganos resultan particularmente exigentes.

La leche materna se caracteriza por brindar el exacto equilibrio de macronutrientes, vitaminas, minerales y elementos, que se requieren para un adecuado desarrollo anatómico y funcional del niño. Por otra parte, en la leche materna se encuentran también anticuerpos protectores contra gran cantidad de infecciones virales y bacterianas. Dado que el sistema inmunológico de los recién nacidos sólo alcanza su madurez plena hacia los seis meses de vida, la lactancia actúa como una modalidad de inmunización pasiva semejante a ciertas vacunas, confiriendo así protección plena ante distintas enfermedades transmisibles.

*Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 130