La seguridad social tiene especial relevancia porque se percibe como la protección de las personas contra emergencias que surjan por el brote de nuevas enfermedades; el regreso de afecciones que estaban controladas (como malaria, tuberculosis, cólera, y otras), y “nuevas epidemias” (como diabetes, obesidad, hipertensión, y enfermedades neurodegenerativas); además de la aplicación de programas y esquemas de pensión y jubilación, para mejorar la calidad de vida de la población en general.

Esta protección que brinda la seguridad social, supone una serie de medidas públicas, que permiten resolver las eventualidades económicas y sociales, que de no ser así ocasionarían la desaparición, o una fuerte reducción, de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también está ligada a la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos, según la Organización Internacional del Trabajo.

Por la importancia que tiene la seguridad social, recientemente la Comisión Nacional de los Derechos Humanos elaboró una publicación con información básica, con el fin de coadyuvar a la consolidación de una cultura de promoción, respeto, protección y garantía de los derechos humanos.

*Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 138