Por Rafael Diep

En muchas ocasiones hemos visto trabajadores expertos en su labor, a tal grado que presumen de su capacidad para hacer las cosas, incluso, con los ojos cerrados. Esto es porque estas personas han desarrollado una metodología o procesos durante mucho tiempo y se los saben tan bien, que parece innecesario hacer cualquier recomendación.

Sin embargo, los especialistas en desarrollo humano aseguran que mientras más seguros estamos de la infalibilidad de algún procedimiento, es más probable que corramos riesgos innecesarios y algo salga mal, por exceso de confianza.

A esto, los expertos le llaman ceguera de taller, que es cuando un procedimiento nos resulta tan familiar y cotidiano, que en el entorno fácilmente perdemos de vista las oportunidades y los riesgos inherentes a la actividad que realizamos.

Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 135