Por Rafael Diep Varela

El lugar donde desarrollamos nuestras actividades es muy importante, pues entre más cómodo, iluminado y armónico sea el espacio de trabajo, más productivos seremos.

Anteriormente se pensaba que era suficiente con tener un espacio donde desarrollar nuestras actividades, nos acomodaban en cualquier rincón y ahí desempeñábamos la actividad para la que nos habíamos contratado.

Incluso hacíamos de ese rincón, nuestro espacio personal. Algunos lo decoraban con algunas fotos familiares, con flores, con artículos deportivos, o cualquier cosa que le diera un toque personal, que destacara que era nuestro espacio.

Con el tiempo eso ha cambiado también, pues los especialistas en desarrollo humano mencionaron las desventajas de hacer de la oficina una extensión de nuestro hogar, y la afectación que esto provoca en nuestro desempeño laboral.

También se ha experimentado en Europa con no asignar un lugar de trabajo, con lo que cada trabajador se puede sentar donde le parezca mejor, teniendo una movilidad que le permita no encasillarse en las mismas ideas, en una búsqueda constante por mejorar.

Todos estos cambios han aportado algunos datos que, según los expertos en relaciones humanas, han mejorado los resultados de los trabajadores, ayudándolos a alcanzar sus metas productivas y formando una expectativa de no conformidad y la pretensión de una mejora continua.

Después de todas estas experiencias, los especialistas han desarrollado una serie de estudios, en busca de mejorar el desempeño, el desarrollo, estimular la creatividad y hacer del trabajo la mejor experiencia, pues con ello, se tienen mejores resultados en el desempeño de nuestra actividad laboral.

*Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 127