Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. La posición neutral ayuda siempre al opresor, nunca a la víctima.

Elie Wiesel, Escritor estadounidense de origen rumano.

Por Rafael Diep Varela

El 70 por ciento de las mujeres sufren violencia, según datos de INMUJERES. EI año pasado, como parte de la iniciativa para combatir la violencia de género, se llevaron a cabo cientos de actividades en todo el mundo, incluyendo la celebración de conciertos, obras de teatro, talleres y la iluminación en naranja de muchos edificios y monumentos emblemáticos.

A través de la organización de “eventos naranjas”, se puso énfasis en lo que funciona para prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, destacando el valor de invertir en la igualdad de género y el costo para el desarrollo y para las mujeres de no hacerlo.

Este año también se realizan diferentes acciones para evitar que continúe esta situación; como parte de ellas, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social invitó a participar en la Campaña de la ONU Mujeres llamada “UNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas”.

El objetivo es prevenir, erradicar y eliminar la violencia contra:

Las mujeres en los lugares de trabajo.

Las mujeres y niñas en los hogares.

Las mujeres y niñas en las escuelas.

Las mujeres y niñas en el ciber espacio.

Las mujeres y niñas en los espacios públicos.

Las trabajadoras agrícolas.

Las trabajadoras migrantes.

Las mujeres adultas mayores.

La violencia de género tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, etcétera. El objetivo es hacer daño o causar sufrimiento.

Es por eso que el Artículo 1, de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (de la Organización de las Naciones Unidas, 1994), señala que debe desaparecer “Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada”.

*Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 124