Para la Organización Internacional del Trabajo, la seguridad social es “la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos” (documento original de 1991).

Por lo tanto, protege ciertas necesidades básicas, entre las que sobresalen el cuidado de la salud, la rehabilitación, acceso a la vivienda, y pensiones o jubilaciones, entre otras. En nuestro país los trabajadores formales tienen derecho a recibir seguridad social, como una prestación ligada a su quehacer laboral.

Sin embargo, el tema de atención médica es especialmente importante para el Gobierno Federal, que tiene como eje de su política pública: atender a las personas más pobres que no cuentan con seguridad social.

*Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 147