La digitalización está revolucionando todos los sectores de nuestra economía y solo utilizando eficazmente los medios digitales, las empresas encontrarán la manera de adaptarse y renovarse.
Leo Rafael Reif Groisman, Director del Massachusetts Institute of Tecnology.

Para muchas personas puede ser confuso el escuchar que existe una cuarta revolución industrial; tal vez quede claro el término de revolución industrial, pues la mayoría lo identifica, como el periodo de la historia de la humanidad, cuando inició la producción en masa, al remplazar la utilización de la mano de obra por la maquinaria.

Antecedentes

La primera etapa de la revolución industrial se puede ubicar en Inglaterra, a finales del Siglo XVIII, cuando James Watt inventó la máquina de vapor. Ésta se utilizó en los sistemas de transporte y transformó los modelos de producción, como se conocían hasta entonces. Esta innovación le proporcionó un enorme desarrollo económico a Inglaterra y poco después se extendió al mundo entero.

Tiempo después, la humanidad continuó innovando; esta vez en Estados Unidos Thomas Alva Edison descubrió la electricidad; John D. Rockefeller refinó el petróleo y creó la gasolina, y en 1885 se creó el primer vehículo automotriz impulsado por un motor de combustión interna con gasolina (las primeras compañías que fabricaron automóviles fueron Panhard et Levassor y Peugeot; mientras Henry Ford comenzó a producir automóviles en una cadena de montaje, sistema totalmente innovador que le permitió alcanzar cifras de fabricación hasta entonces impensables). Esto se considera la segunda revolución industrial.

La tercera revolución industrial se identifica a mediados del Siglo XX en Asia, cuando se incorporaron las computadoras personales y los conceptos de calidad total (el llamado Justo a Tiempo).
 

*Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 123