Por Rafael Diep Varela

Desde que inició el año 2017, la población de mexicanos que viven en Estados Unidos (36 millones de personas, de los cuales el 48 por ciento son indocumentados), se han visto amenazados por una posible deportación, debido a las políticas migratorias del nuevo gobierno.

Una buena parte de esa comunidad migrante en Estados Unidos envía remesas a nuestro país por casi 27 mil millones de dólares (cifras de 2016), desde California, Colorado, Minnesota, Ilinois, Nueva York, Carolina del Norte, Georgia, Florida, Texas y Arizona.

La CONDUSEF señala que en caso de deportación no se vería afectado solamente el envío de remesas, ya que muchos migrantes cuentan también con un patrimonio propio, con negocios, hipotecas, créditos y derechos laborales adquiridos durante su estancia en Estados Unidos.

Se estima que el valor promedio de la vivienda propia es de 113, 300 dólares, en este sector, lo que equivale a 221 mil millones de dólares (1.5 veces el valor de las reservas internacionales).

Ante esa amenaza latente, si contamos con algún familiar o conocido que viva del otro lado de la frontera, es necesario decirle que debe tomar en cuenta algunas acciones antes, durante y después de ser deportados, para salvaguardar y proteger el patrimonio que han logrado con tanto trabajo.

*Consulta el artículo completo en la Revista Mundo del Trabajo No. 127