Roberto Ramírez de la Parra: Buenas tardes a todos.

Con su permiso Señor Presidente.

Agradezco la presencia del Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ingeniero Rafael Pacchiano Alamán.

Saludo con gusto al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y Presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, y al Director General del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, el Ingeniero Ramón Aguirre Díaz, a ellos les agradezco por la siempre dedicada disposición y por el trabajo conjunto.

Saludo también con mucho gusto a la Jefa Delegacional en Iztapalapa, la Licenciada Dione Anguiano Flores, y al Senador Aarón Irízar, Presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos del Senado de las República.

Y, por supuesto, a todos los habitantes de esta zona y los trabajadores del Sistema de Aguas de la Ciudad de México y de la Comisión Nacional del Agua.

El día de hoy, estamos en un evento que marca un cambio trascendental en la historia hidráulica de la Ciudad de México.

Desde que se fundó esta ciudad, ha tenido que superar diferentes desafíos hidrológicos e hidráulicos, a través del diseño y la ejecución de diferentes tipos de infraestructura.

En particular, este reto ha sido mayor en los últimos 60 años, periodo en el que se detonó exponencialmente el crecimiento demográfico, convirtiendo a esta metrópoli en una de las diez más pobladas del mundo.

Esto trae aparejados tres retos importantes para el tema hidráulico.

El primero, es el aumento en la demanda de agua potable para abastecer a casi 9 millones de personas, más la población flotante que se estima del orden de 5 millones de personas adicionales.

El segundo, es el déficit del recurso vital por la sobreexplotación de las fuentes locales con la que hoy se abastece la megalópolis, con algunas consecuencias, entre las que destacan los hundimientos de los suelos, que han alcanzado hasta 12 metros en la zona centro, en los últimos 100 años.

Y el tercero de ellos, es la disminución de las zonas de recarga natural del acuífero; fuente que suministra más de dos terceras partes del total del agua que se consume en la Ciudad de México.

Conocedor de estas condiciones, el Licenciado Enrique Peña Nieto, como candidato a la Presidencia, firmó el Compromiso de Gobierno 199.

El objetivo del mismo: incrementar el abastecimiento de agua potable para la Ciudad de México.

Dentro de sus componentes se encuentra la perforación de cuatro pozos mega profundos, los cuales alcanzan hasta 2 kilómetros bajo tierra y que equivaldrían a ensamblar 11 edificios del tamaño de la torre Latinoamericana.

Estos pozos se programaron con base en los estudios que se realizaron con motivo del sismo de 1985, cuando en aquél momento Petróleos Mexicanos perforó pozos de hasta 3 mil metros para estudiar la geología del subsuelo.

Los hallazgos arrojaron la posibilidad de poder explotar agua subterránea a estas profundidades.

Con la conclusión de los cuatro pozos comprometidos, que ya hemos realizado entre el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y la Conagua, se obtuvieron dos positivos: presentaron agua de calidad y volúmenes mayores a los que se extraen de los pozos someros, pero además se confirmó que los estratos localizados a grandes profundidades, como ya lo mencionó Ramón, pueden ser explotados.

Precisamente, el pozo “Santa Catarina 3A”, en donde nos encontramos el día de hoy, es uno de estos pozos positivos, y el cual nos permite incorporar un volumen importante de 125 litros por segundo, en un área hídricamente sensible y que fue fuertemente golpeada por el sismo que todos conocemos de septiembre pasado.

Sin duda, la oportunidad de poder hacerlos se debe al trabajo conjunto del Gobierno de la República y el de la Ciudad de México, con lo que se demuestra que sumando esfuerzos se superan los retos aún más difíciles.

Reconocemos que la planeación oportuna de estos pozos nos está permitiendo ahora incorporarlos al abastecimiento ante una situación de emergencia, derivada del sismo pasado.

Nuestro reconocimiento al Instituto de Geología y también al de Ingeniería, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y el agradecimiento al titular de Petróleos Mexicanos, Doctor José Antonio González Anaya, por el apoyo brindado y la invaluable labor de sus técnicos en la realización de estos trabajos.

El éxito obtenido a partir de las perforaciones, nos da la posibilidad de una nueva fuente y la pauta para continuar estudiando el acuífero de la Ciudad de México.

Recordemos que las aguas subterráneas son fundamentales en el abastecimiento, y el sismo nos demostró que son un tesoro que debemos preservar.

Si no hubiéramos contado con este recurso, no hubiéramos podido abastecer a la población en esta crisis que vivimos.

Hay que tener presente que en gran parte del territorio nacional, el agua subterránea constituye, en materia de abastecimiento, el recurso único o complementario para satisfacer las diferentes demandas generadas por el desarrollo.

Desafortunadamente, su explotación en buena parte del país se ha realizado de forma intensiva, generando cada año balances negativos en su disponibilidad y poniendo en riesgo este valioso recurso.

Por este motivo, se tomarán medidas para lograr la sustentabilidad de los acuíferos, entre ellas, al igual que con las aguas superficiales, se formará un comité de aguas subterráneas, el cual estará integrado por expertos en la materia y los tres órdenes de Gobierno para facilitar y coordinar acciones encaminadas a la buena administración del recurso que se encuentra en el subsuelo.

A la par, se está trabajando en la recarga artificial del acuífero del Valle de México, con agua residual tratada, a través de infraestructura existente, como la Planta del Cerro de la Estrella.

Y el próximo año se incorporará la planta del Bosque de Chapultepec y en la contracorriente y lodos activados, en la zona de Texcoco, cerca del lago Nabor Carrillo.

Señor Presidente, señoras y señores: si algo ha distinguido a esta administración, es que para alcanzar las metas trazadas, se ha colaborado de igual manera con todos los ámbitos de Gobierno.

Y hoy, reitero, gracias al trabajo hombro con hombro con el Gobierno de la Ciudad de México, damos pasos firmes para avanzar en la solución de los retos hídricos a los que se enfrenta esta gran ciudad.

Sabemos de la enorme responsabilidad que implica conservar y hacer un uso responsable del recurso, lo que nos impulsa a trabajar de manera continua y permanente en políticas de sustentabilidad para así poder contar con el agua suficiente para las futuras generaciones.

Quiero concluir diciendo: el agua es el motor que mueve el desarrollo, y su disponibilidad la garantía de prosperidad.

Muchas gracias.