Siempre ha existido una estrecha relación entre la humanidad y el agua. Nuestros antepasados idearon diferentes métodos para aprovechar este elemento de la naturaleza, situación que se modernizó en el México independiente con importantes obras hidráulicas que ayudaron a la modernización del proyecto de nación, una labor que hoy está en manos de la Conagua.

 A finales de la década de los ochenta, México era una ventana a la modernidad en América Latina. Eran tiempos de cambio y de tomar decisiones políticas en materia hídrica para beneficiar a la sociedad.

Se reconoció que la administración del agua en nuestro país necesitaba de una organización propia y separada de otros sectores de servicios. Por ello, el 16 de enero de 1989 se creó la Conagua como un organismo federal desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos.

/cms/uploads/image/file/241368/2.jpg

Una de las primeras tareas de la Conagua fue establecer un marco jurídico para regular el agua y su uso. Fue así que el primero de diciembre de 1992 se publicó la Ley de Aguas Nacionales, cuya principal propuesta fue la “gestión integrada del agua”.

La década de los noventa trajo consigo un nuevo enfoque para esta dependencia. La Conagua suspendió la construcción y la operación directa de grandes obras y se centró en la administración del agua, así como en brindar apoyo a las autoridades municipales y estatales, que serían las encargadas de la edificación de la infraestructura necesaria.

En 1994 la Conagua, como órgano desconcentrado, formó parte de la estructura de la nueva Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, que se reestructuró en el año de 2000 para formar la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

/cms/uploads/image/file/241370/Galeria_4_Com_855-13-18-11-13.jpg

Durante los últimos 20 años la Conagua se ha trazado diversos objetivos con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los mexicanos, principalmente en las comunidades rurales de más difícil acceso, al brindarles el servicio de agua potable. Esto sin descuidar la disposición del agua para el resto de los sectores de la población.

 La Conagua es un ejemplo de que el esfuerzo y el empeño se traduce en éxitos. Los números lo corroboran:

México cuenta con más de 5,163 presas y bordos de almacenamiento, 6.4 millones de hectáreas de riego y 2.9 millones de hectáreas de temporal tecnificado, así como la operación de 779 plantas potabilizadoras2,337 plantas de tratamiento de aguas residuales municipales2,639 plantas de tratamiento de aguas residuales industriales y más de 3,000 km de acueductos.

La juventud es el futuro de México. La Conagua ha puesto especial énfasis en concientizar a las niñas y niños de todo el país para que sean un factor de cambio en la sociedad, funjan como auténticos guardianes del agua en sus familias y difundan el mensaje de una adecuada cultura del agua, así como su uso responsable.

El orgullo y la responsabilidad que comparten los trabajadores de la Conagua se refleja en las acciones y los resultados de este organismo, cuya labor es fundamental para el desarrollo y el progreso de México.
 

/cms/uploads/image/file/241379/Servicio-Meteorologico-Nacional-puerta-principal.jpg