El Centro Nacional de Recursos Genéticos (CNRG), localizado en Tepatitlán, Jalisco, contiene en su interior un jardín único que relata la evolución de los árboles mexicanos.

Diseñado a modo de recorrido, la arquitectura de este arboreto invita a viajar entre el tiempo y el espacio, pues nos muestra la vegetación que hace años habitó nuestro país y lo que se tiene en la actualidad.

Al ingresar, dan la bienvenida cuatro ahuehuetes, especie nombrada el Árbol Nacional de México.

Conforme se avanza, la vegetación que existió en la prehistoria relata, a través de sus parientes vivos, cómo han cambiado sus formas, sus relieves, la adaptación a los cambios de clima y el  surgimiento de nuevas especies con un notorio cambio en su composición original.

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Al término de la introducción evolutiva, el arboreto muestra las especies actuales divididas por tipo de vegetación.

Primero los bosques templados y de niebla para luego ver el contraste de la vegetación que se ha adaptado al clima más inclemente, es decir las zonas áridas y semiáridas.

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Concluye con especies raras o vistosas de selvas bajas y medianas y la vegetación de galería que crece a lo largo de los ríos mexicanos.

El lugar concentra más de 100 especies. La diversidad que aquí se encuentra es como una copia a escala de la diferente flora existente a lo largo del país.

 

Bóveda de seguridad ex situ

En un inicio, un jardín botánico o arboreto funcionaba como colección de árboles para crear un lugar de recreación, esparcimiento y meditación para los habitantes del México prehispánico.

Hoy en día funciona para proteger y resguardar especies en peligro, a través de la conservación ex  situ (fuera del sitio o lugar) 

Son especies que podrían perderse  por incendios, tala ilegal, cambio climático y desastres naturales, entre otros.
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La conservación Ex situ  funciona como una “bóveda de seguridad” para la biodiversidad y se hace a través del arboreto, cuyo nombre proviene del latín arborētum  que significa agrupación o conjunto de árboles y otras plantas leñosas, en una colección viva.

El arboreto del CNRG tiene como objetivo asegurar la conservación a largo plazo de una muestra definida de la diversidad biológica y genética de recursos forestales, estudiarlas, hacer investigaciones científicas,  así como capacitar a personal técnico y  en educación ambiental.

Forma parte del proyecto “Fomento y operación del subsistema de recursos genéticos forestales dentro del CNRG-INIFAP”, financiado por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

El municipio de Tepatitlán funciona para este jardín porque es un lugar de clima templado.

La ausencia de fuertes heladas e intensas ondas de calor permite tener especies de climas fríos y cálidos en un solo espacio, así sobreviven las especies ahí plantadas.
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Primer arboreto en el mundo ¿Italiano o mexicano?

Aunque la historia señala que el primer jardín botánico fue establecido  entre 1543 y 1545 en Padua, Italia; unos 50 años antes, el rey Nezahualcóyotl ya había planeado y mandado construir el que podría ser el primer jardín botánico y el primer zoológico del mundo en el cerro del Tezcutzingo, en lo que hoy es el municipio de Texcoco, en el Estado de México.

El jardín poseía importantes obras de ingeniería aplicadas al riego, con una red de acueductos que sostenía diversas especies.

Años después, Moctezuma Ilhuicamina (O Moctezuma I) mandó instalar un arboreto, probablemente el primero en el mundo, se trata del Bosque de Chapultepec.

Estos jardines reflejaban la fascinación por la naturaleza de las culturas prehispánicas y aún se aprecian algunos ahuehuetes plantados en la época precolombina.

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