Vivir rodeados de una selva con exuberante vegetación en la que conviven árboles de más de 30 metros de alto con especies de fauna como el mono aullador, el venado cola blanca o la guacamaya roja, es un privilegio para los habitantes del ejido Tapijulapa en Tabasco.

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Ubicado en el municipio de Tacotalpa, Tapijulapa es una comunidad indígena Chol que se caracteriza por tener entre sus integrantes trabajadores del campo, productores y protectores del hábitat que los rodea.

Se reconocen como un pueblo agradecido con las bondades que les ha dado la naturaleza, por lo que han establecido un vivero comunitario, con el propósito de ayudar a reforestar la selva tropical.

“Cuidar de la selva es cuidar de nosotros mismos, necesitamos de los recursos y de los servicios ambientales, es nuestra obligación conservarlos y nos hemos comprometido a hacerlo”, manifestó Miguel Vázquez Pérez, comisariado ejidal.

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En 2015, 75 de los habitantes de Tapijulapa se integraron al Programa de Pago por Servicios Ambientales operado por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

Mediante este proyecto los habitantes instalaron el vivero en octubre de 2017 y en ese año comenzaron la producción de 9 mil 750 plantas.

En el mantenimiento y desarrollo de las actividades del vivero participan 40 personas quienes se dedican inicialmente a la recolecta de semillas.

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Preparación de las semillas

“A las semillas recolectadas le damos un tratamiento especial, primero les quitamos la pulpa, las lavamos cuidadosamente con agua natural mezclada con agua oxigenada para acelerar la germinación”, explicó Vázquez Pérez.

El siguiente paso es ponerlas a secar por tres días, durante este tiempo son protegidas de la lluvia con una malla para posteriormente realizar la siembra. Luego de este proceso se espera a que germine durante los cinco o seis meses.

Cuando la planta ha germinado es colocada en bolsas de polietileno que ya están preparadas con tierra.

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“El mantenimiento de las plántulas en el vivero es contante, tenemos que regarlas, resguardarlas para no recibir directamente los rayos del sol, fertilizarlas, quitar la maleza y supervisar que no tengan plagas y enfermedades”, compartió el comisariado ejidal.

La palma camedor es una de las plantas que se producen en el vivero, ya que en las selvas tropicales crecen en abundancia.

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Los ejidatarios decidieron repoblar con esta especie para preservar las características de su ecosistema.

Otra de las plantas que se producen en el vivero es el árbol ramón (Brosimum alicastrum), esta especie es muy importante para la comunidad, ya que su fruto es comestible. Además tuestan sus semillas para sustituirlas por las de café.

En total han producido 14 mil plantas y esperan que para el 2019 aumente a 27 mil para empezar con las labores de reforestación.

La producción de planta no es la única actividad con la que benefician a su ecosistema, la preservación de la fauna también se ha convertido en uno de sus objetivos.

La construcción de dos bebedores de piedra por parte de la comunidad ha permitido que animales silvestres como el jaguar, ocelote, tigrillo, pericos y tucanes, así como aves y reptiles tengan acceso a agua.