“La tierra fue patrimonio de mi marido, cuando murió me la dejó; su sucesora era yo” comenta Ada María Ongay, ejidataria de Sabana San Francisco, quien trabaja en el apiario, una actividad productiva reforzada mediante los apoyos del programa Pago por Servicios Ambientales, de la CONAFOR.

El ejido Sabana San Francisco se ubica en el municipio de José María Morelos, Quintana Roo. Su población está constituida principalmente por indígenas mayas, 37 ejidatarios y una superficie forestal de 2,500 hectáreas, donde practican algunas actividades agrícolas, la apicultura y la conservación de su selva.

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El ejido fue beneficiado con el apoyo del Programa Pago por Servicios Ambientales, con el cual conservan mejor su selva, con actividades como la organización de brigadas para hacer brechas cortafuego, prevenir la tala ilegal, evitar la cacería y otras actividades de cuidado.

 “Nuestros bosques están intactos y queremos cuidarlos, nos interesa porque en ellos habitan el jaguar, el puma, el tapir, el jabalí y el venado cola blanca, y nosotros queremos conservar su hábitat así”, cuentan sus ejidatarios.

El esquema de Pago por Servicios Ambientales impulsa la conservación de los bosques y selvas,  pero también incentiva que cada ejido beneficiado desarrolle algún tipo de actividad productiva que sea amigable con el ambiente. Por ejemplo, bajo este programa, las comunidades pueden operar una planta embotelladora de agua, cultivar un vivero o manejar sistemas agroforestales.

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En el ejido Sabana San Francisco decidieron reforzar la apicultura, la cual se había iniciado bajo el nombre de Red de productores de miel orgánica de Bala’an K’aax, que significa “selva escondida”.

Con este propósito conformaron la red de productores de miel orgánica, integrada por las comunidades de Candelaria, Altamirano, San Isidro, Venustiano y San Francisco.

“Antes no teníamos el equipo suficiente, como el acero inoxidable, teníamos tambores”, comentan los ejidatarios, y reconocen que el equipo de la apicultura se mejoró mucho con los apoyos del Programa de Servicios Ambientales de la CONAFOR.

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La miel que producen es orgánica, de color caramelo, sin impurezas y cosechada de las colmenas inmersas en la selva; se comercializa en tianguis orgánicos y en el municipio de José María Morelos.

Uno de los principales logros de este ejido, ha sido la conjunción de recursos de diferentes organizaciones e instituciones, lo que vuelve exitoso al proyecto, pues la producción de miel implica el manejo de la selva y el cuidado de sus recursos naturales para sostener una producción de calidad.

La producción de miel en el ejido es una de las actividades productivas en las que están invirtiendo mucho esfuerzo con el objeto de consolidarla como una empresa propia e independiente en un futuro.