La labor de una persona combatiente de incendios forestales no es una tarea fácil, quienes se dedican a ello, además del compromiso y la pasión, deben contar con capacitación y entrenamiento especializado.
Muchas de las historias sobre su decisión para convertirse en combatientes, comienza en la familia, donde sus padres o abuelos llegaban a casa oliendo a humo después de varios días y contaban sus historias sobre cómo fue apagar el fuego en el bosque, la selva o quizá un manglar, incluso en un semidesierto.
En la línea de fuego: historia de Pedro
Así ocurrió con Pedro Gutierrez, quien comenzó su carrera como combatiente de incendios forestales hace 38 años, él viene de una familia dedicada a esta labor, y como alguna vez pensó “Quiero ser como mi papá”, así lo hicieron sus hijos Saúl Alonso y Selene quienes ahora también se dedican al manejo del fuego.
Pedro narra un incidente. Él, sus compañeros de brigada, entre ellos su hijo, combatían un incendio en 2018 y quedaron atrapados entre las llamas. Aunque sintió desesperación, por su amplia experiencia, sabía que lo ideal era mantener la tranquilidad y aplicar sus conocimientos.
La táctica que utilizó la brigada de Pedro fue replegar los tres vehículos motobomba tipo UNIMOG, sacar las mangueras de alta presión y disparar el agua con espuma retardante que traían en los vehículos, directo a la base del fuego. “Las altas temperaturas del fuego regresaban el agua hirviendo, sensación que era insoportable”, relató, sin embargo los nueve combatientes atrapados lograron controlar al fuego. Fueron tres minutos cruciales que sintieron como una eternidad.
Pero no fue el único susto del día, justo una hora antes del incidente, la hija de Pedro también había quedado atrapada en las llamas de ese gran incendio a unos kilómetros de distancia. Afortunadamente, Pedro y sus hijos resultaron ilesos, aunque las emociones y recuerdos, siguen presentes.
Así como Pedro y sus hijos, las personas combatientes arriesgan su vida en cada incendio forestal, pero no todas son capaces de salir de las situaciones de peligro, por eso es tan importante su entrenamiento y capacitación.
Capacitación
La preparación de una persona combatiente de incendios forestales es casi equivalente al tiempo que dura una carrera universitaria, donde también existen especializaciones, por ejemplo, la operación de equipo menor (motosierras y motobombas portátiles), operadores de carros motobomba, coordinadores aéreos, radio operadores, en quemas prescritas, entre otras.
Además de los conocimientos prácticos, también es importante conocer sobre la ecología del fuego, es decir cómo se relaciona el fuego con los seres vivos y su entorno, así como cuál es el comportamiento potencial de este elemento en cada uno de los ecosistemas.
Trabajo en equipo
Una persona combatiente debe dirigirse con tres principales valores la integridad, el conocerse a sí mismo y lo que es capaz de hacer; el respeto, a sus compañeros y capacidades; así como el deber, de cumplir con las asignaciones que les son conferidas, los cuales portan con orgullo en el escudo del Programa de Manejo del Fuego.
Día Nacional del Combatiente de Incendios Forestales
Por todo lo anterior, para reconocer su valioso trabajo y reflexionar sobre la ardua preparación y capacitación que requieren para realizar su noble labor, el 3 de marzo de 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que instituye el 11 de julio de cada año como el Día Nacional del Combatiente de Incendios Forestales en México.
A esos hombres y mujeres les agradecemos y felicitamos en su día.