Existe una zona entre los ecosistemas terrestres y marinos, que está conformada por especies de árboles de 1 a 30 metros de altura, denominados  manglares.

Los manglares por sus características albergan una gran diversidad biológica, pues al estar cerca de las desembocaduras de ríos y arroyos, y alrededor de esteros y lagunas costeras, son hábitat de una gran variedad de especies de crustáceos, así como de aves, además de ser criadero para muchas especies de peces, incluso pulpos.

Los ecosistemas de manglares brindan múltiples servicios ambientales como control de la erosión, protección de las costas, refugio de flora y fauna silvestre, sirven como filtro biológico, asimismo, actúan como sistemas naturales de control de inundaciones y como barreras contra huracanes e intrusión salina.

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Los manglares también proveen de recursos maderables, que son usados como artesanías, muebles, construcciones y producción de carbón vegetal.

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Como ejemplo de un buen manejo sustentable, se presenta el caso de la Cadena Productiva “Amigos del Manglar S.P.R de R.L de C.V”, una Sociedad de Producción Rural de Responsabilidad Limitada de Capital Variable.

Los socios de la empresa son ejidatarios provenientes de los ejidos La Solución Somos Todos y Lic. Francisco Trujillo Gurría, ambos del municipio de Paraíso, así como del ejido Úrsulo Galván del municipio de Jalpa de Méndez, en Tabasco.

Ellos se dedican principalmente a las actividades agrícolas, pecuarias, silvícolas y producción de carbón vegetal.

En México, las especies de mangle rojo, prieto, blanco y botoncillo están bajo la categoría de amenazadas, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010, lo que indica que podrían llegar a encontrarse en peligro de desaparecer a corto o mediano plazo, en caso de que persistan los factores negativos que las pongan en riesgo.  Por ello, para realizar el aprovechamiento de la madera de mangle, los tres ejidos de donde provienen los socios de esta Cadena productiva, cuentan con Unidades de Manejo Ambiental (UMA) para la conservación, restauración y manejo sustentable de manglar, con las cuales se puede realizar un aprovechamiento forestal maderable de acuerdo a las especificaciones contenidas en sus Planes de Manejo, a las tasas de aprovechamiento maderable autorizadas y en apego a la normatividad.

Para los ejidatarios, aprovechar los recursos maderables del mangle se ha convertido en una alternativa para diversificar su actividad productiva y generar impactos positivos en la economía local, a través de la creación de empleos para la producción de carbón vegetal de manera sustentable, con mínimo impacto en su salud y del medio ambiente

 

Carbón vegetal de mangle

Los manglares en su proceso de crecimiento capturan el carbono de la atmósfera y lo transforman en materia orgánica. Sin embargo, como cualquier especie hay un punto en el que ya no pueden crecer más y empiezan a hacer una menor captación de carbono.

Es en este punto en el que, con un Plan de Manejo adecuado, se puede aprovechar el recurso maderable para la producción de carbón vegetal.

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La producción de carbón vegetal se realiza en hornos especiales para este fin, entre los que destacan:

  • Horno tipo Rabo Quente:

Es un horno de mampostería de forma semiesférica, con 12 accesos de aire, distribuidos: 4 en la base, 4 en la parte media y 4 a una altura de ¾ de la dimensión total.

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Tiene una chimenea de 17 centímetros cuadrados de grosor, al lado opuesto de la puerta de acceso.  Su tamaño es menor que los hornos en los que se produce carbón en otros ecosistemas, como los bosques templados.

Este tipo de horno tiene una tasa de producción promedio de 1 m3 de madera de mangle que equivale a  130-140 kg de carbón vegetal.  

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De acuerdo con las condiciones ambientales, y a las características de la materia prima, el tiempo de quema es de 32 a 48 horas. El enfriamiento del horno tarda de 3 a 5 días.

Una de las principales ventajas de uso de este horno, es que el carbón producido tiene mayor estructura, es decir, no se rompe ni se produce tanto polvo.

  • Horno metálico

Los hornos metálicos son de tipo hexagonal; tienen una tasa de producción promedio de 1 m3 de madera de mangle equivale a 150 kg de carbón vegetal. El tiempo que tarda en quemarse es de 24 a 32 horas, dependiendo las condiciones ambientales y de la madera. El proceso de enfriamiento es de 24 horas.

Entre sus ventajas se encuentran que son portátiles y de fácil armado y desarmado; requieren una inversión inicial menor, su operación y funcionamiento es con cuatro personas y pueden ser transportados a las zonas de aprovechamiento disminuyendo los fletes de transporte de la materia prima.

A este tipo de horno si les afecta el medio ambiente, lo que puede disminuir la cantidad de calor, por lo que tardará más en producirse el carbón.

 

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