Desde los 13 años Guadalupe Figueroa Murrieta aprendió el tallado de madera, legado que los seris, grupo indígena de Sonora heredó a los artesanos de ese estado.

La madera para el tallado de las artesanías proviene del palo fierro (Olneya tesota), una especie que se distribuye en el desierto de Sonora.

/cms/uploads/image/file/424766/IMG_7892.JPG

Los seris contribuyeron a la riqueza artesanal del país con piezas de madera únicas en las que representan a las plantas y animales que los rodean y habitan en sus territorios conformados por mar y arena.

Cactus, liebres, serpientes, cangrejos y águilas son algunas de las figuras con las que este grupo étnico abrió el mercado de las artesanías en la década de los sesenta para el resto de la población sonorense que lo tomó como una forma de autoemplearse.

Cuando don Lupe, como es conocido en su comunidad estudiaba la secundaria comenzó a trabajar de voluntario en un taller, donde adquirió de los artesanos la técnica para hacer las piezas.

“Los grupos de artesanos mestizos que no pertenecemos a los seris, empezamos a hacer nuestras propias obras de palo fierro y nos especializamos en ciertas figuras, algunos son buenos para hacer danzantes y otros los diseños de animales”, explicó Guadalupe Figueroa, quien tiene 37 años en este oficio.

Los seris trabajaban las figuras totalmente a mano, cortaban la madera con hacha y con un vidrio la alisaban, después la pulían con arena muy fina del desierto. Ahora, los nuevos artesanos utilizan motosierras, lijas para pulir y tintas artificiales.

/cms/uploads/image/file/424763/IMG_4464.JPG

Don Lupe compartió que se abastece de la madera en el Rancho Lobos, el cual cuenta con autorización para el aprovechamiento sustentable de palo fierro, por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

Sobre el proceso de elaboración explicó que cortan trozos de madera de entre 10 a 30 centímetros para poder manipularla mejor con el motor, después con un sierra circular realizan el esbozo del animal o planta.

Se elimina poco a poco lo que sobra de la madera y al final se afina con lijas y se da el toque final con el entintado a mano.

Los troncos más secos son los que mejor se pueden manejar para trabajar las artesanías, así como las piezas de madera a las que les caído un rayo.

Don Lupe tiene una empresa formal llamada Lupe Unión de Artesanos de Palo Fierro, creada hace 30 años, en la que ofrece 10 empleos fijos a miembros de su comunidad.

En el taller se pueden encontrar figuras de 15 centímetros que se ofrecen en 100 pesos, las que miden 30 o más tienen costos que oscilan entre los 300 y 400 pesos.

Con el apoyo de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) en Sonora, Don Lupe asistió por primera vez en el 2006 a la Expo Forestal, el evento más importante en México, en el que productores exponen manufactura y servicios forestales.

/cms/uploads/image/file/424767/IMG_7920.JPG

Desde entonces, el artesano no ha dejado de asistir a las ediciones que realiza la Expo Forestal cada dos años, lo que ha dado proyección nacional e internacional a sus figuras.

“Me gusta mucho asistir, voy siempre que me invitan, me gusta encontrarme con otros artesanos y compartir ideas y técnicas del equipo que se puede utilizar en la producción”, compartió.

Su trabajo y experiencia le han permitido conservar desde hace 15 años clientes que proceden de Estados Unidos y de entidades como Mexicali, Mazatlán, Guadalajara, Chihuahua y la Ciudad de México, quienes viajan hasta Sonora para llevar las artesanías a sus lugares de origen.

La especie palo fierro crece en las zonas áridas de Sonora y se le llama así, debido a que su tronco parece oxidarse cuando llueve y su madera es tan resistente como el fierro.