Con frecuencia se piensa que para obtener un árbol de Navidad natural se deforestan los bosques, sin embargo esto es un mito.

Los árboles de Navidad naturales provienen en su mayoría de zonas donde se practicaban actividades agropecuarias, pero las características del terreno ocasionaban que estas fueran poco productivas.

Generalmente se trata de terrenos con pendientes pronunciadas que provocan la erosión del suelo; superficies  que padecen por heladas invernales o que  por ser muy sombreadas no permiten el correcto crecimiento a las plantaciones agrícolas o a los pastizales inducidos.

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Las plantaciones de árboles de Navidad devuelven la vocación forestal a estas áreas que ahora  tienen árboles todo el año pues, después de la cosecha, se reforesta para contar con más ejemplares que tardan entre tres y ocho años en alcanzar tamaño comercial.

Durante todo ese tiempo, estos árboles nos brindan servicios ambientales.

Al iniciar una plantación se eligen especies nativas adaptadas a los climas y orografía de la zona, por lo que las plantaciones funcionan como una extensión del hábitat natural de muchas especies animales y vegetales.
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Proporcionan sitio de percha, anidación y alimentación para aves, mamíferos, reptiles y anfibios, además de crear microclimas adecuados para el crecimiento y reproducción de hierbas y arbustos.

Las plantaciones comerciales de árboles navideños también conservan y enriquecen los suelos al retenerlos mediante sus raíces, adicionan materia orgánica con el cambio de sus hojas y disminuyen la velocidad del viento y la fuerza de la lluvia.

Al absorber dióxido de carbono, frenan el avance del cambio climático. Al evaporarse, el agua de sus hojas refresca el clima localmente y ayudan a la infiltración de agua al subsuelo.

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Algunos viveros han implementando la venta de arbolitos en maceta, por lo que el comprador tiene la opción de regresarlo para que este sea parte de una reforestación.

Al final de su temporada útil, los árboles que fueron cortados también aportan servicios ambientales, pues son triturados y utilizados como composta para producir suelo fértil y generar nutrientes para las nuevas plantaciones.

 

Natural vs. Artificial

Los árboles naturales tienen una mejor apariencia además de producir un aroma agradable que acentúa las fiestas de la temporada y nos conecta a la naturaleza.

Un árbol artificial parece ser más práctico por ser liviano y por su capacidad de ser guardado en espacios pequeños; sin embargo, en lugar de contribuir a mitigar el cambio climático, lo aceleran, ya que son producidos con plásticos a base de petróleo en industrias que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero.

Pocos árboles artificiales son fabricados en México, la gran mayoría son importados y su transportación suele ser dañina para el medio ambiente, además de que al ser provenientes del extranjero, no apoyan la economía local.

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¿Nacional o extranjero?
 

Una buena parte de los arboles naturales son importados pero traen consigo un enorme riesgo de contagio de enfermedades o de diseminación de plagas que pudieran causar un gran problema de sanidad forestal a nivel local, regional o hasta nacional.

Las plantaciones de árboles de Navidad son un negocio en auge dentro del país, si vas a comprar uno, cerciórate de que provenga de productores nacionales.

Al adquirirlos das un toque de naturaleza a esta temporada decembrina, colaboras con el bienestar y el desarrollo económico de las comunidades de zonas forestales nacionales y reduces tus afectaciones al medio ambiente.

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