El perrito llanero mexicano es el gran ingeniero de la pradera, sin él, buena parte de los llanos donde habita serían páramos secos.

Al cavar sus madrigueras renuevan los suelos, los oxigenan, aumentan la infiltración del agua y con sus deposiciones los fertilizan, además de controlar las poblaciones de arbustos que compactan el suelo e impiden el desarrollo de pastizales.

En México existen dos especies, pero una de ellas es endémica y se denomina perrito llanero mexicano (Cynomys mexicanus).

Vive en los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas y se encuentra en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que lo considera amenazado y en la norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 catalogado como en peligro de extinción.

La otra especie es el perrito llanero de cola negra (Cynomys ludovicianus) y lo encontramos en el norte de Chihuahua y Sonora.


Creador de su hábitat

Sus madrigueras abandonadas sirven de refugio para otras especies como el tecolote llanero, el chorlo llanero y una variedad de sapos, ranas, lagartijas y serpientes.

Al mantener a raya los arbustos, permiten el desarrollo de pastos en los suelos pobres. Esto atrae a grandes herbívoros como venados y pecaríes, además de roedores que dependen de los pastizales como la rata magueyera, la ardilla punteada y varias ratas canguro.

El perrito también es alimento de muchas especies amenazadas como el águila real, la zorra norteña del desierto, el tejón y la víbora de cascabel de los pastizales.

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Los retos de conservación

La distribución histórica de esta especie se calcula en mil 500 kilómetros cuadrados, de ellos se estima se ha perdido 65 por ciento debido a la expansión de la agricultura y ganadería, la extracción excesiva de agua y al envenenamiento de colonias, pues los campesinos piensan que compiten con su ganado por el pasto.

Durante la década de los años setentas, en el estado de Zacatecas se declaró extinto; sin embargo, en 2004 la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) realizó con éxito la primera reintroducción del perrito llanero, hoy en día se conocen al menos dos poblaciones estables.

Para ampliar el cuidado de su hábitat, de 2014 a 2017 la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) asignó 48.8 millones de pesos a personas dueñas de los terrenos donde vive este mamífero.

Estos apoyos tienen una vigencia de cinco años, tiempo durante el cual las personas beneficiadas tienen la obligación de hacer actividades de conservación en sus terrenos forestales y reciben pláticas para sensibilizarles sobre la importancia y beneficios de la fauna en sus predios.

Mediante el programa Pago por Servicios Ambientales de la CONAFOR se conservan 30 mil 671 hectáreas distribuidas en Galeana, Nuevo León; Saltillo, Coahuila; El Salvador, Zacatecas y Venegas, San Luis Potosí, donde hay presencia del perrito de la pradera.

 

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Un animal social

Es una ardilla terrestre que se le apoda perrito porque algunos de los sonidos que emite asemejan ladridos de un perro.

Tiene la peculiaridad de tener un sonido distinto para cada tipo de depredador: gavilán, coyote o serpiente; así, toda la colonia sabe qué flanco cuidar cuando escuchan el sonido.

Los perritos pueden vivir en familias muy numerosas y por lo general se componen de un macho y varias hembras, los cuales se reproducen año con año.