La Tierra es el único planeta que conocemos con la capacidad de mantener la vida. Los seres que la habitamos obtenemos nuestros bienes directa o indirectamente de los recursos naturales que nos ofrece.  Por ello, estamos limitados a transformar y consumir los bienes dentro de la capacidad de regeneración de la propia naturaleza.

Uno de los conceptos que es fundamental entender es que el agua no solo es parte de la vida, en buena medida el agua es la vida. Los seres vivos están constituidos aproximadamente en un 70% de agua.

Por ello, el ciclo del agua es uno de los procesos biofísicos más importantes en el planeta. En este circuito el agua va sufriendo transformaciones y desplazamientos que hacen que la vida sea posible.

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El ciclo se compone de varias etapas.  Se considera que todo inicia en los océanos, y en las grandes superficies que almacenan agua (ríos, lagos). En ellas la energía del sol calienta el agua hasta evaporarla. Al condensarse, forman nubes, que en su mayoría se precipitan sobre la misma superficie del mar.

Pero hay otras nubes que no se precipitan en el océano, sino que se desplazan por la acción de los vientos y se ubican dentro de los continentes. A medida que se enfrían y se condensan, se hacen más pesadas y terminan cayendo en forma de lluvia, granizo o nieve.

Parte del agua que cae a la superficie regresa a la atmósfera por evaporación y por evapotranspiración de la vegetación, otra parte se infiltra y la última parte escurre por ríos y arroyos hasta llegar a su destino final: el mar.

El tiempo geológico es diferente al tiempo humano. Se suele pensar que una montaña no puede ser devastada por el arrastre de las aguas, sin embargo al paso del tiempo las montañas sí pueden­ ser muy afectadas por la erosión.

Por esta razón los bosques juegan un papel crucial en el ciclo del agua, ya que su vegetación y suelo, entre otros factores, generan las condiciones para evitar que el agua tome velocidad cuesta abajo, lo que provocaría erosión y otros desastres como desprendimientos de tierra.  La vegetación permite que el agua que cae sea retenida ahí y esta busque formas de infiltrarse.

Debajo de los bosques, existen horizontes o capas de roca que se encuentran fracturadas, en donde por acción de la gravedad, el agua se filtra y enriquece enormes almacenes subterráneos, conocidos como acuíferos. De los acuíferos, a través de pozos, se obtiene agua para la agricultura, la industria y las poblaciones. Millones de personas dependen del agua dulce de buena calidad que fluye desde los bosques y que se obtiene de tales acuíferos, que en ocasiones se ubican a cientos de kilómetros del sitio de infiltración.

Cada vez existe una mayor conciencia acerca de la importancia que tienen los bosques para el abastecimiento de agua, pues son ellos quienes detienen los procesos de erosión de tal forma que los mantos subterráneos puedan sostener sus niveles de agua, al permitir la infiltración.

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Los bosques también desempeñan funciones de amortiguación y mitigación de fenómenos meteorológicos extremos, así como reducción de los efectos del cambio climático en los recursos hídricos.

Por la relevancia que tienen los ecosistemas forestales en el ciclo del agua, es necesario realizar un manejo sustentable de estos, para lograr que todas las personas tengan acceso a este recurso vital.

 

Fuentes:

FAO.- Los bosques y el agua: http://www.fao.org/sustainable-forest-management/toolbox/modules/forest-and-water/in-more-depth/es/

UN-WATER https://www.unwater.org/water-facts/ecosystems/

Manual para el alumbramiento de aguas subterráneas. Fondo de Garantía y Fomento para la Agricultura Ganadería y Avicultura

Cosecha de agua y tierra. Eugenio Gras

www.agua.org.mx