Existe una relación estrecha entre la naturaleza y las personas que viven en las zonas rurales.

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En el México antiguo se veneraban a las plantas como fuente de alimento y medicamento porque se tenía la creencia de que provenían de la morada de los dioses.

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Existen evidencias de que las plantas medicinales se han usado desde hace 60 mil años y con base en la experiencia, trasmitida por generaciones, se ha comprobado su efectividad. Así, los remedios que no funcionaban quedan en el olvido, mientras que los que sí, se difundía el conocimiento y de esta forma su uso se extendió no sólo a través del tiempo, sino también geográficamente.

Esta vegetación además de brindar alimento y medicina al ser humano, ofrece otros servicios ambientales y beneficios como la captura de contaminación y partículas suspendidas; producen oxígeno; fertilizan el suelo y regulan el clima; frenan la erosión; son un sitio de refugio y alimento para diversas formas de vida; genera efectos positivos en la salud física, mental y emocional de la personas; ayudan a transformar el paisaje; y representan una oportunidad de proyectos productivos que se traducen en beneficios económicos, ambientales y sociales.

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Cabe destacar que para las comunidades de los pueblos originarios, también representa una forma de trabajo y enseñanza intercomunitaria en el cual se unen las tradiciones y costumbres. Este conocimiento ancestral es producto de la práctica, la experiencia y reconocimiento para revalorar las plantas medicinales.

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Basado en lo anterior, en la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) se trabajan espacios denominados farmacias vivientes que son módulos demostrativos para impulsar el cultivo de especies vegetales, algunas endémicas. El objetivo es mantener los saberes sobre la medicina natural, pero también garantizar el uso sostenible de las plantas, la colección, conserva y poner al servicio de la población este conocimiento de manera respetuosa con el medio ambiente.

 

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La CONAFOR, a través de los apoyos Proyectos productivos forestales para mujeres; Acompañamiento especializado en administración y comercialización en las unidades de manejo forestal y Promoción y comercialización de productos y servicios de empresas forestales, promueve el establecimiento y aprovechamiento de farmacias vivientes en comunidades como una alternativa de desarrollo forestal sustentable, pues además se fomenta la diversificación productiva y valor agregado a productos y subproductos de las plantas medicinales.

Un ejemplo es la empresa Salud y Belleza Teotl S.P.R. de R.L., ubicada en Tepanco de López, Puebla, donde un grupo de cinco mujeres que con los apoyos recibidos, han establecido su farmacia viviente con diversas especies forestales y las han transformado en productos cosméticos y medicinales para su venta al público.

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En el Centro de Formación Forestal “Ing. Héctor Morales Contreras” de la CONAFOR, ubicado en Cd. Guzmán, Jalisco, se encuentra un módulo demostrativo de farmacia viviente en el cual brindan capacitaciones a grupos, comunidades o personas que lo soliciten.

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En este lugar, las personas visitantes aprenden, comprenden y hacen conciencia de que la salud y la sobrevivencia del planeta y del género humano, dependen de la cubierta vegetal.

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Información:

Unidad de Educación y Desarrollo Tecnológico.

Centro de Formación Forestal de la CONAFOR.

Gerencia de Abasto, Transformación y Mercados