El paisaje desértico y agreste de la Sierra Cucapá, ubicada al Sur de la ciudad de Mexicali, en Baja California, guarda una rica y delicada biodiversidad.

En este paraje que durante el verano llega a registrar temperaturas de más de 40 grados centígrados, los ejidatarios del ejido General Heriberto Jara, trabajan en la restauración de un terreno de 50 hectáreas, con el fin de conservar y aumentar la vegetación nativa y con ello, evitar la desertificación y la pérdida del suelo.

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Esta es una región caracterizada por sequías recurrentes, donde el tipo de vegetación existente se denomina Matorral Desértico Micrófilo. En la zona destaca la presencia de árboles como el palo fierro (Olneya tesota), uña de gato (Acacia greggii), y arbustos como la gobernadora (Larrea tridentata) y la hierba del burro (Ambrosia dumosa).

Sin embargo, la vegetación es escasa y al no existir barreras naturales, cuando se presentan lluvias, el suelo que se ha ido formando es arrastrado por el agua hacia las partes más bajas, eliminando la poca materia orgánica que se había acumulado por años. Este fenómeno es parte de la desertificación.

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En 2017 inició el proyecto de Compensación Ambiental localizado a las faldas de la Sierra Cucapá, donde por medio de técnicas de recuperación de suelos y captación de agua de lluvia, se pretende frenar la erosión del suelo y aumentar la cobertura vegetal.

Hasta el momento, el grupo de ejidatarios con el apoyo de unas 20 personas beneficiadas con empleo temporal, han desarrollado 22 mil metros de barreras de piedra acomoda que sirven para frenar el escurrimiento de agua de lluvia y capturar materia orgánica, una parte importante del suelo.

Las barreras de piedra acomodada también ayudan a que las semillas que generan los árboles y arbustos se queden en el terreno sin ser arrastradas por la lluvia, lo que favorecerá su germinación en un entorno con condiciones para la retención de mayor humedad.

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Adicionalmente, los ejidatarios han plantado 9 mil árboles nativos junto a los que se cavaron terrazas individuales que funcionan para captar el agua de lluvia, además de que en la cepa de cada árbol se agregó un producto para la retención de humedad.

También se instaló un cerco perimetral de alambrada con longitud de 3 mil 800 metros para la protección del proyecto y evitar el saqueo de madera de palo fierro, la que es muy apreciada por su gran dureza y es usada para la confección de artesanías.

Otro de los trabajos fue la apertura de 4.1 Km brechas cortafuego que a la vez sirven para adentrarse al terreno y dar mantenimiento a los árboles reforestados.

Con estas acciones, el ejido General Heriberto Jara, pretende destinar este terreno a la conservación y se espera que en el futuro se proponga como parte de una nueva área de conservación ecológica.

Se espera también que el proyecto beneficie al hábitat del borrego cimarrón (Ovis canadensis) y a mamíferos como coyote, liebre y gato montés.