Durante cuatro meses salieron de los 12 viveros de Chihuahua las 7.1 millones de plantas que poblarán las diferentes zonas forestales. Comenzaron el viaje a lo que será su hábitat.

La travesía parece no representar complicación mayor que la logística del traslado en vehículo pero en realidad es un proceso complejo que debe ser vigilado meticulosamente pues, en esa última etapa que precede a la reforestación, la planta puede sufrir suficiente maltrato como para que muera a las pocas horas de establecerse. 

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El primer momento denominado traslado ocurre en el vivero. Ahí el personal comienza a sacar la planta de los contenedores en donde creció. Se debe verificar que no se haya anclado al suelo, cuando lo está, hay que remover procurando mantener intacta la raíz pues, si se maltratan, el ejemplar tiene altas probabilidades de morir.​

Una vez fuera del contenedor en donde germinó la semilla y creció la planta hasta alcanzar la talla adecuada, se empacan con hule transparente,  se agrupa de diez en diez y se  depositan en cajas de cartón, madera o plástico para su carga en el vehículo.   

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Estos pinos y encinos se depositaron en una caja térmica climatizada a 20 grados centígrados, además, se valoraron factores como el tiempo de traslado hasta su destino final, la hora a la que se realizaría el viaje para evitar sobreexposición al sol y a las corrientes de aire.

"Cubrimos las plantas con una lona dejando una separación de 30 o 40 centímetros para evitar el contacto y no quemarla", comenta Susana González Hernández encargada de supervisar la producción de planta en viveros de la gerencia estatal de la Comisión Nacional Forestal  (CONAFOR).

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La descarga fue cuidadosa, en un lugar con sombra y evitando movimientos bruscos que pudieran desprender la tierra del cepellón. El tiempo entre la extracción de la planta del vivero y su plantación no debe superar los cinco días.

"En lo que se plantan los árboles deben mantenerse en lugares con sombra, el peor error de los productores es guardar las plantas en bodegas o almacenes", señala Gonzalez Hernández.

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Las 7.1 millones de plantas producidas en vivero son entregadas a los beneficiarios del Programa Nacional Forestal (PRONAFOR) 2017, ellos se encargan de los trabajos de reforestación, que en este año abarcan 21 municipios en los que se dará cobertura a la Sierra Tarahumara.