En un principio la abundancia de caracoles (Helix aspersa) en jardines y cultivos de alfalfa de familias de Santiago Yeche, municipio de Jocotitlán, fue considerado una plaga, pero tras investigar sobre este molusco, integrantes de la Asociación de Productores Forestales del Norte del Estado de México descubrieron una alternativa de desarrollo económico.

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Con ocho semanas de capacitación en técnicas de crecimiento, producción y comercialización de caracol, 30 hombres y mujeres de los municipios de Jocotitlán, Jiquipilco y Acambay conocieron los beneficios de la baba de esta especie, además, se enteraron de que se puede comer.

El caracol tiene un promedio de vida de un año, a los cuatro meses se le puede extraer baba para su comercialización con fines cosméticos.

Para el proceso de extracción se coloca un kilo de caracol en 200 mililitros de agua y se agita. Con el movimiento los animales generan baba.

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Se estima que un kilo de caracoles puede dar medio litro de baba, la cual se mezcla con esencias aromáticas y se envasa, de esta manera está lista para su venta en ferias regionales y pequeños negocios.

La baba estimula la formación de colágeno, de ahí que puede aplicarse directamente en la piel para atenuar cicatrices, marcas de acné y arrugas.

Luego de dos extracciones, esta especie rica en hierro y baja en grasa, sirve para la elaboración de diversos platillos como ceviche, el cual ya preparan en dicha localidad de raíces mazahuas.

Esta es una alternativa de ingreso económico para los habitantes de la región, pues estiman que un litro de baba se puede vender hasta en 800 pesos y el kilo de caracol para fines gastronómicos entre 90 y 150 pesos.

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Para emprender el proyecto la Asociación de Productores Forestales del Norte del Estado de México accedió a 250 mil pesos a través del componente Ejecución de proyectos de alcance regional de las organizaciones sociales del sector forestal 2016 del Programa Nacional Forestal (PRONAFOR) que opera y administra la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

Con este recurso impulsaron una ecotecnia que incluye un invernadero para la cría de caracol, la construcción de una casa de paja, una estufa ecológica, una cisterna de ferrocemento para aprovechar el agua de lluvia y un baño seco.

Las ecotecnias son proyectos en los que se utilizan técnicas para el aprovechamiento eficiente de los recursos naturales de cada región con el objetivo de obtener productos o servicios.

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