La avispa agalladora del encino es un diminuto insecto de color café metálico que alcanza 1.4 milímetros de longitud, considerada una fuerte amenaza para los árboles de encino del género Quercus affinis en el municipio de Acaxochitlán, en Hidalgo.

Su presencia causa deformaciones en las ramas conocidas como agallas, que afectan al xilema, tejido que se encarga de conducir agua y nutrientes desde la raíz a todo el árbol, evitando su desarrollo normal hasta provocarle la muerte.

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En 2005 fue detectada en los bosques de encino del municipio de Acaxochitlán, lo que despertó el interés de la población y su estudio por parte de investigadores. En ese momento no se conocían antecedentes sobre la especie y las consecuencias de su presencia.

Conociendo al enemigo

El doctor en Ciencias, David Cibrián Tovar, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, colectó muestras del insecto y determinó que se trata de la especie Andricus quercuslaurinus, cuyo ciclo de vida se compone de la alternancia de dos comportamientos con una durabilidad promedio de tres años, siendo la fase asexual en ramas la más dañina.

En la conducta asexual, las hembras depositan sus huevecillos en los tallos formando así las agallas y con ello la pérdida de nutrientes en los árboles y malformaciones.

El engrosamiento y la deformación de las ramas ocurren como respuesta de la planta al ataque del insecto; inicia como una pequeña protuberancia de color verde claro hasta conformar una estructura de tamaño variable.

De acuerdo con Eduardo Vargas Solís, enlace de Sanidad de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) en Hidalgo, durante esta fase es muy complicado implementar acciones de manejo del insecto, ya que se encuentra dentro de la agalla protegiéndose del clima y el posible ataque de enemigos naturales u otros factores que ayuden a disminuir su población.

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La otra fase, la sexual, se lleva a cabo en las hojas jóvenes para la emergencia de machos y hembras que colocan nuevamente sus huevecillos en las ramas causando daños severos e incluso la muerte a la especie hospedera.

“Es hasta después de tres años que salen de las agallas de las ramas para colonizar hojas jóvenes del encino y desarrollar la fase sexual, es ahí cuando podemos implementar el tratamiento químico, al mostrar un pequeño período de vulnerabilidad”, explicó Eduardo Vargas.

Combate a la avispa

Durante 2012 y 2015 la CONAFOR realizó aspersiones aéreas del insecticida Spirotetramat, químico aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), con el que se logra disminuir las poblaciones de la avispa.

El tratamiento consiste en la aspersión del insecticida mezclado con agua y un elemento adherente que ayuda a distribuir el producto sobre la superficie de la hoja.

El Spirotetramat es capaz de infiltrase hasta los tejidos de las hojas jóvenes del encino, actuando directamente sobre las fases inmaduras del insecto para que este lo consuma.

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Debido a la incidencia de daños en el arbolado adulto, el Comité Estatal de Sanidad Forestal de la CONAFOR declaró la contingencia fitosanitaria ante su presencia y muestra de la fase sexual tres años después, en enero de 2018.

En esta ocasión se realizó la aspersión del insecticida con la ayuda de un helicóptero, equipado con un tanque de 600 litros de capacidad y seis unidades del sistema de pulverización para propagarlo en la zona afectada que comprende varios predios del municipio. 

Las dosis utilizadas del químico no ocasionan residualidad del producto, por lo que no se pone en riesgo la microfauna o los sistemas de producción de peces en la región.

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“No se sabe a ciencia cierta lo que ocasiona que este insecto se siga presentando en el municipio de Acaxochitlán, ni por qué se ha especializado en el  Quercus affinis”, señaló el enlace de Sanidad de la CONAFOR.

En busca de la solución

Este año el tratamiento se aplicó entre marzo y abril en una superficie de mil 812.96 hectáreas, se acompañó de un estudio de florística para ubicar árboles tolerantes o resistentes al ataque de la avispa y proponer acciones de restauración.

También un estudio de cambio climático que permitirá determinar si existen alteraciones de las condiciones del clima, propias de la región, la causa para que esta especie se desarrolle de manera exponencial causando daños en los bosques de encino de este municipio de Hidalgo.

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Los resultados se reflejarán en octubre, después de la colecta de hojas para su evaluación y observar si hubo emergencia de avispa adulta o la formación de nuevas agallas, determinando con ello la efectividad del tratamiento implementado.

En las áreas que se encuentran bajo manejo forestal se prevé la remoción de arbolado de renuevo y con ello disminuir la presencia de la plaga, impidiendo la formación de ambas fases de la avispa para incidir directamente en su comportamiento.

Los bosques de encino albergan una gran diversidad de especies de flora y fauna, en especial en ésta región, en las 450 hectáreas que se localizan dentro del Área Natural Protegida de la Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa.

Estos árboles conforman un elemento importante que determina la fluctuación constante de los manantiales y arroyos de Acaxochitlán, que dan origen a los servicios ecosistémicos de filtración de agua y hábitat de diferentes organismos.