La diversidad de aves que habitan en los humedales del ejido Tapotzingo, en el municipio de Nacajuca en Tabasco, son patrimonio natural y una oportunidad de empleo para los habitantes de la comunidad indígena chontal.

En este ejido habitan 2 mil 890 personas quienes tienen el objetivo de conservar la biodiversidad de los humedales que son áreas de refugio y reproducción de diversas especies, principalmente de las aves, algunas en peligro de extinción. 

/cms/uploads/image/file/399048/31880821_1933896066651625_7068869059378413568_o.jpg

"Es una fuente de ingresos, estamos aprendiendo muchas cosas bonitas en cuanto a los animales y nunca lo habíamos  visto desde esa perspectiva", comentó Alberto de la Cruz, miembro de la comunidad.

El trabajo consiste en capacitarse día a día en la observación, cuidado y conservación de la fauna, para lograr que la zona sea una atracción ecoturística y ellos los guías comunitarios de aves. 

Desde muy temprano, los ejidatarios llegan a los humedales para monitorear, con la ayuda de binoculares, la presencia y vida de las aves, mamíferos y reptiles que habitan este ecosistema, como el armadillo, el tlacuache, la garza blanca y el gavilán.

/cms/uploads/image/file/399052/31913060_1933895816651650_2401789782582624256_o.jpg

En una mañana es posible observar ejemplares de garza blanca, garza ceniza, aguillila caminera, chombo cabeza negro, águila pescadora y gaviotas.

Se capacitaron en el manejo de GPS y binoculares para ubicar geográficamente zonas de avistamiento, como sus principales herramientas. 

El cuidado de los humedales también forma parte de las tareas de los pobladores de Tapotzingo, ya que además de los diferentes servicios ambientales que proveen a la región, como es el mantenimiento de la calidad del agua, las aves acuáticas dependen directamente de este ecosistema para alimentarse, descansar y convivir con otras aves migratorias.

Realizan acciones de prevención y combate de incendios forestales, a través de una brigada conformada por los miembros de la comunidad, la cual fue capacitada por técnicos especialistas de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

/cms/uploads/image/file/399054/31945314_1933896213318277_5075073548981108736_o.jpg

“Evitamos incendios y así salvamos varios animales como aves de pantano y tierra. Mantenemos y cuidamos al humedal para que otras comunidades no lleguen a cazar animales”, compartió Raymundo de la Cruz, comisario ejidal de Tapotzingo.

En  temporada de estiaje, la brigada realiza brechas cortafuego, vigila el campo, coloca señalamientos del área de conservación y evita la caza furtiva.

Recuerdan que al inicio no fue sencillo organizarse, pero con ayuda de especialistas y cursos, se capacitaron y motivaron a otros miembros de la comunidad a sumarse al proyecto.

A largo plazo, la capacitación en monitoreo de aves permitirá a los habitantes emplearse como guías comunitarios, con la consecuente percepción de ingresos económicos, al tiempo que protegen su entorno para las futuras generaciones.

“Para nosotros es importante que estén estas aves aquí y que nunca se acaben”, dijo Raymundo de la Cruz.

/cms/uploads/image/file/399050/31910146_1933896056651626_5308495495281246208_o.jpg

Con los conocimientos adquiridos, los ejidatarios elaborarán un cuadernillo en el que enlistarán las aves que hay en la región, con sus nombres comunes, científicos y escritos en yokot’an, la lengua nativa de los habitantes de Tapotzingo.

Así los habitantes podrán levantar el vuelo y crear una nueva manera de obtener recursos para mejorar su economía y conservar su patrimonio natural.

/cms/uploads/image/file/399049/31886518_1933895839984981_8765814817031192576_o.jpg