Los perros guía no son mascotas, son animales de servicio que desempeñan una labor de asistencia muy importante para las personas con discapacidad visual, ya que prácticamente se convierten en sus ojos, ayudándole a evadir una infinidad de obstáculos, que podrían representar un peligro.

Cuando encuentres a una persona con discapacidad visual acompañada de su perro guía, en la calle, transporte, o en algún lugar público, no acaricies ni ofrezcas comida al perro porque está trabajando, puedes distraerlo y provocar que cometa un error que podría ser de graves consecuencias para la persona con discapacidad.

Son seleccionados cuidadosamente, ya que no todos los perros cuentan con el temperamento adecuado para ser un perro guía y son entrenados por profesionales desde que son cachorros; están preparados para ser muy precavidos al andar en las calles, ya que su labor es evitar a toda costa que le llegue a suceder algún accidente a la persona con discapacidad y de ser así están dispuestos a dar la vida por sus amos. Además en su entrenamiento se les enseña que no deben “hacer del baño” en cualquier lugar, buscan los lugares en donde hay tierra o pasto, respetando siempre sus horarios.

¿Sabías que las personas con discapacidad pueden ingresar con su perro guía a cualquier lugar público, incluyendo restaurantes? El Art. 58 de La Ley Federal del Protección a los Derechos del Consumidor, indica que no se puede negar el servicio ni cobrar cuotas extra por el perro guía, además de que son muy nobles.